Edema Agudo Pulmonar Cardiogénico
- EmergenciasUNO
- 9 dic 2024
- 2 Min. de lectura
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El edema agudo pulmonar cardiogénico (EAPC) es una emergencia médica caracterizada por la acumulación rápida de líquido en los pulmones debido a una disfunción cardíaca aguda. Esta condición requiere un diagnóstico y tratamiento inmediatos debido a su potencial gravedad y alta mortalidad[1][3].
Fisiopatología
El EAPC ocurre cuando el ventrículo izquierdo no puede bombear eficientemente la sangre que recibe, lo que resulta en un aumento de la presión en los vasos pulmonares. Este incremento de presión fuerza el paso de líquido desde los capilares hacia los alvéolos pulmonares, comprometiendo el intercambio gaseoso[4].
Síntomas
Los pacientes con EAPC suelen presentar:
Disnea severa de inicio súbito, que empeora en posición supina
Ortopnea (dificultad para respirar al acostarse)
Tos con expectoración espumosa, a veces rosada
Ansiedad y sensación de ahogo
Sudoración profusa
Palpitaciones[2][4]
Signos Clínicos
Los signos clínicos más comunes incluyen:
Taquipnea (frecuencia respiratoria elevada)
Taquicardia
Uso de músculos accesorios de la respiración
Cianosis (coloración azulada de la piel)
Hipotensión en casos severos
Estertores crepitantes en la auscultación pulmonar[1][3]
Exploración
La exploración física revela:
Paciente en posición ortopneica (sentado inclinado hacia adelante)
Respiración rápida y superficial
Auscultación pulmonar con estertores crepitantes bilaterales
Posible presencia de tercer ruido cardíaco (S3)
Ingurgitación yugular
Edema periférico en casos de insuficiencia cardíaca crónica subyacente[3][6]
Pruebas Diagnósticas
El diagnóstico se basa en la presentación clínica y se confirma con:
Radiografía de tórax: Muestra congestión vascular pulmonar, líneas B de Kerley y, en casos avanzados, infiltrados alveolares bilaterales[6].
Electrocardiograma (ECG): Puede revelar isquemia, arritmias o signos de hipertrofia ventricular[6].
Ecocardiograma: Evalúa la función ventricular y valvular, y ayuda a identificar la causa subyacente[6].
Análisis de sangre:
Gasometría arterial: Evalúa la oxigenación y el equilibrio ácido-base
Péptidos natriuréticos (BNP o NT-proBNP): Elevados en insuficiencia cardíaca
Troponinas: Para descartar isquemia miocárdica aguda[6][8]
Ultrasonografía pulmonar: Útil para la evaluación rápida al lado del paciente, mostrando
líneas B difusas[7].
Manejo en Emergencias
El tratamiento del EAPC en el servicio de urgencias se centra en:
Oxigenoterapia: Para corregir la hipoxemia, con el objetivo de mantener una saturación de oxígeno > 90%[1].
Posición del paciente: Sentado con las piernas colgando para reducir el retorno venoso[3].
Farmacoterapia:
Nitratos intravenosos (como nitroglicerina): Reducen la precarga y la postcarga cardíaca[7].
Diuréticos de asa (furosemida): Promueven la diuresis y reducen la congestión pulmonar[7].
Morfina: Puede usarse con precaución para reducir la ansiedad y la disnea[1].
Soporte ventilatorio:
Ventilación no invasiva (CPAP o BiPAP): Mejora la oxigenación y reduce el trabajo respiratorio[7].
Intubación endotraqueal y ventilación mecánica en casos refractarios o con deterioro del estado de conciencia[7].
Tratamiento de la causa subyacente:
Revascularización urgente en caso de síndrome coronario agudo[3].
Control de arritmias si están presentes[1].
Manejo de la crisis hipertensiva si es el desencadenante[1].
El manejo del EAPC requiere un enfoque multidisciplinario y una reevaluación continua del paciente. La identificación temprana y el tratamiento adecuado son cruciales para mejorar el pronóstico y reducir la mortalidad asociada a esta condición crítica.
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