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Edema Agudo Pulmonar

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El edema agudo pulmonar (EAP) es una condición médica grave caracterizada por la acumulación rápida de líquido en los pulmones, lo que interfiere con el intercambio gaseoso y puede llevar a una insuficiencia respiratoria aguda. Los aspectos clave del EAP, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


Los pacientes con EAP suelen presentar una serie de síntomas característicos:


  • Disnea severa de inicio súbito, que puede empeorar al acostarse (ortopnea)[1][5]

  • Sensación de asfixia o ahogo[1]

  • Tos, a menudo acompañada de esputo espumoso teñido de sangre[1][3]

  • Ansiedad y agitación[1][5]

  • Sudoración profusa[1][3]

  • Palidez y cianosis[1]

  • Dificultad para hablar debido a la falta de aire[9]


Signos clínicos


Durante la evaluación clínica, se pueden observar los siguientes signos:


  • Taquipnea (frecuencia respiratoria >25 respiraciones/minuto)[3][8]

  • Taquicardia[1][3]

  • Uso de músculos accesorios para la respiración[3][5]

  • Estertores crepitantes bilaterales en la auscultación pulmonar[1][3]

  • Sibilancias en algunos casos (asma cardial)[8]

  • Ingurgitación yugular[8]

  • Edema periférico[1][9]


Exploración


La exploración física del paciente con EAP debe incluir:


  • Evaluación del estado general, nivel de conciencia y signos de perfusión periférica[8]

  • Auscultación cardiopulmonar detallada, buscando estertores, sibilancias y ritmo de galope[1][8]

  • Medición de la presión arterial y la frecuencia cardíaca[1][3]

  • Valoración de la presencia de edemas periféricos y signos de congestión sistémica[8][9]


Pruebas diagnósticas


Para confirmar el diagnóstico y determinar la etiología del EAP, se recomiendan las siguientes pruebas:


  • Radiografía de tórax: muestra edema intersticial y alveolar[1][3][7]

  • Electrocardiograma: para identificar arritmias o isquemia miocárdica[1][3][7]

  • Ecocardiograma: evalúa la función cardíaca y posibles valvulopatías[7]

  • Analítica sanguínea: incluyendo hemograma, electrolitos, función renal y marcadores cardíacos[1][3][7]

  • Gasometría arterial: para evaluar el grado de hipoxemia e hipercapnia[3][7]

  • Péptido natriurético cerebral (BNP): útil para confirmar el origen cardiogénico del edema[1][7]

  • Oximetría de pulso: para monitorizar la saturación de oxígeno[7]


En algunos casos, puede ser necesario realizar una tomografía computarizada de tórax para descartar otras patologías pulmonares[7].


Manejo en Emergencias


El tratamiento del EAP en el servicio de urgencias debe ser inmediato y dirigido a mejorar la oxigenación y reducir la congestión pulmonar:


  1. Oxigenoterapia: administración de oxígeno suplementario para mantener una saturación >90%[1][3][7]

  2. Posición del paciente: sentado o semiincorporado para facilitar la respiración[3][5]

  3. Tratamiento farmacológico:


    • Diuréticos intravenosos (furosemida) para reducir la precarga[1][3]

    • Nitratos intravenosos para disminuir la precarga y poscarga[1][3]

    • Morfina: puede utilizarse para reducir la ansiedad y la disnea[3]


  4. Ventilación no invasiva: CPAP o BiPAP si no hay mejoría con el tratamiento inicial[1][3]

  5. Intubación orotraqueal y ventilación mecánica en casos refractarios o con deterioro del nivel de conciencia[1][3]

  6. Tratamiento de la causa subyacente: manejo de la hipertensión arterial, isquemia miocárdica o arritmias según corresponda[3][6]

  7. Monitorización continua de signos vitales, ECG y saturación de oxígeno[3][7]


El manejo del EAP requiere una actuación rápida y coordinada del equipo de emergencias. La identificación temprana de los síntomas y signos, junto con la implementación oportuna del tratamiento, es crucial para mejorar el pronóstico de estos pacientes.


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