MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de al Diabetes tipo 1
El manejo de la diabetes tipo 1 se basa en el reemplazo de insulina para mantener los niveles de glucosa en sangre lo más cercano a los valores normales. Las personas que no reciben tratamiento con insulina morirían en cuestión de días o semanas.
Con un control adecuado de la insulina, las personas con diabetes tipo 1 pueden participar en las actividades diarias normales, pero siguen en riesgo de complicaciones a largo plazo, tanto microvasculares como macrovasculares, así como de complicaciones metabólicas y psicológicas.
Entre las complicaciones más comunes se encuentran:
Complicaciones microvasculares:
Retinopatía diabética: Daño a los vasos sanguíneos de la retina, lo que puede llevar a pérdida de visión y ceguera.
Nefropatía diabética: Daño a los riñones que puede progresar a insuficiencia renal.
Neuropatía diabética: Daño a los nervios que provoca dolor, entumecimiento y problemas en diferentes órganos.
Complicaciones macrovasculares:
Infarto de miocardio: Daño al corazón debido a la acumulación de placa en las arterias coronarias.
Accidente cerebrovascular (ACV): Interrupción del flujo sanguíneo al cerebro.
Enfermedad arterial periférica: Afecta la circulación en las extremidades, lo que puede causar dolor y, en casos graves, amputaciones.
Complicaciones metabólicas:
Cetoacidosis diabética (CAD): Condición grave provocada por la acumulación de cetonas debido a la falta de insulina, lo que lleva a una acidosis metabólica.
Hipoglucemia: Episodios de baja glucosa en sangre (<3.5 mmol/L), lo que puede causar convulsiones, coma o incluso la muerte.
Complicaciones psicológicas:
Las personas con diabetes tipo 1 tienen mayor riesgo de experimentar ansiedad, depresión y trastornos alimentarios. En niños y adolescentes, también se observan trastornos de conducta, dificultades en las relaciones familiares y comportamientos de riesgo, como la falta de adherencia al tratamiento.
Otras condiciones autoinmunes:
Las personas con diabetes tipo 1 tienen un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes, como enfermedades tiroideas, enfermedad celíaca, enfermedad de Addison y anemia perniciosa.
El manejo en atención primaria se enfoca en:
Asegurar el acceso a un equipo especializado en diabetes.
Proporcionar educación continua sobre el manejo de la diabetes.
Prevenir complicaciones a largo plazo mediante un control estricto de la glucosa y la presión arterial.
Monitorear y manejar complicaciones agudas, como la cetoacidosis diabética (CAD) y la hipoglucemia.
Identificar y tratar complicaciones a largo plazo, como la retinopatía, neuropatía, nefropatía y enfermedades cardiovasculares.
Diagnóstico
El diagnóstico de la diabetes tipo 1 se realiza con base en la presencia de hiperglucemia persistente, acompañada de signos clínicos y otros criterios que varían según la edad de presentación.
En adultos, la diabetes tipo 1 debe ser diagnosticada en función de la hiperglucemia (>11 mmol/L) y la presencia de una o más de las siguientes características:
Cetonuria o cetonemia.
Pérdida rápida de peso.
Edad de inicio menor de 50 años.
Índice de masa corporal (IMC) por debajo de 25 kg/m².
Historia personal o familiar de enfermedades autoinmunes.
Sin embargo, es importante no descartar la diabetes tipo 1 en personas mayores de 50 años o con un IMC de 25 kg/m² o superior, ya que la presentación puede ser atípica en algunos casos.
En niños y jóvenes, se debe sospechar diabetes tipo 1 si presentan hiperglucemia junto con los siguientes signos y síntomas característicos:
Poliuria: Aumento en la frecuencia urinaria.
Polidipsia: Sed excesiva.
Pérdida de peso.
Fatiga excesiva.
Cuando se diagnostica la diabetes tipo 1 en adultos, se recomienda la derivación inmediata (el mismo día) a un equipo multidisciplinario especializado en diabetes. Los niños y jóvenes deben ser referidos a un equipo pediátrico especializado para confirmar el diagnóstico y proporcionar atención inmediata.
Las pruebas de C-péptido o anticuerpos específicos de diabetes no se realizan rutinariamente para confirmar el diagnóstico, pero pueden utilizarse en casos con características atípicas o cuando existe sospecha de una forma monogénica de diabetes.
Diagnóstico Diferencial
Al diagnosticar diabetes tipo 1, es importante considerar otros tipos de diabetes y trastornos relacionados que puedan presentar síntomas similares, tales como:
Diabetes tipo 2: Es más común en adultos con sobrepeso y resistencia a la insulina. En general, no requiere insulina de inmediato y tiene un curso más gradual.
La diabetes tipo 2 suele estar asociada con antecedentes familiares fuertes de diabetes, obesidad y ausencia de cetonuria.
Diabetes monogénica (MODY): Un tipo raro de diabetes causado por una mutación genética única. Suele presentarse en personas jóvenes, sin obesidad, y puede requerir menos insulina.
Diabetes mitocondrial: Asociada con otras enfermedades mitocondriales, puede causar diabetes en la infancia o juventud.
Diabetes secundaria a condiciones patológicas: Como pancreatitis crónica, síndrome de Cushing, o el uso prolongado de ciertos medicamentos como corticosteroides.
Cetoacidosis alcohólica: Similar a la CAD, pero causada por el consumo excesivo de alcohol en lugar de la falta de insulina.
Definición
La diabetes mellitus tipo 1 es un trastorno metabólico caracterizado por hiperglucemia persistente debido a la deficiencia absoluta de insulina. Esto es consecuencia de la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir insulina. La insulina es una hormona crucial para regular los niveles de glucosa en la sangre, y su ausencia provoca una alteración en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y grasas.
Sin tratamiento con insulina, la diabetes tipo 1 puede llevar rápidamente a complicaciones graves y la muerte. Aunque previamente se conocía como “diabetes juvenil” o “diabetes insulinodependiente”, estos términos han sido reemplazados por “diabetes tipo 1”, ya que puede presentarse en cualquier etapa de la vida, no solo en la infancia.
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