Desgarros del Cuerno Posterior del Menisco
- EmergenciasUNO

- 10 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
Los desgarros del cuerno posterior del menisco (medial y lateral) afectan la parte trasera de los meniscos, que son estructuras cartilaginosas que actúan como amortiguadores entre el fémur y la tibia en la articulación de la rodilla.
Estas lesiones son comunes en atletas y personas que realizan movimientos repetitivos de torsión o flexión de rodilla, aunque también pueden estar asociadas a la degeneración meniscal en adultos mayores. El menisco medial se ve afectado con mayor frecuencia que el lateral debido a su menor movilidad.
Diagnóstico
Los pacientes suelen referir dolor en la parte posterior o lateral de la rodilla, que empeora con flexión profunda o movimientos de rotación. Puede haber bloqueos articulares, sensación de chasquido y una sensación de inestabilidad.
El diagnóstico se sospecha clínicamente mediante la exploración física, utilizando pruebas como la de McMurray o Apley, que reproducen el dolor o los síntomas. Sin embargo, la confirmación definitiva se realiza mediante resonancia magnética (RM), el método de elección para visualizar desgarros meniscales, su localización y extensión.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferenciación Clave |
Lesión del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) | Inestabilidad anterior de rodilla; pruebas específicas como Lachman o Pivot-shift positivas. |
Lesión del Ligamento Colateral Medial (LCM) | Dolor localizado en la cara interna de la rodilla, sin bloqueo articular. |
Desgarro del Cuerno Anterior del Menisco | Dolor en la parte anterior de la rodilla, sin afectación posterior. |
Condromalacia Rotuliana | Dolor anterior que empeora con flexión profunda. |
Artrosis de Rodilla | Dolor crónico con rigidez y crepitación; hallazgos degenerativos en radiografías. |
Manejo de Emergencia
El manejo inicial de un desgarro del cuerno posterior incluye el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación), junto con analgésicos (AINEs). Si el paciente presenta bloqueo articular severo o dolor incapacitante, puede requerirse inmovilización temporal de la rodilla hasta realizar una evaluación más detallada.
Puede iniciarse fisioterapia temprana para reducir el dolor y restaurar la movilidad, según la valoración inicial.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y de la presencia de síntomas mecánicos como el bloqueo articular:
Tratamiento Conservador:
Desgarros menores o degenerativos pueden manejarse con fisioterapia enfocada en mejorar la fuerza muscular y la estabilidad.
Se indica uso de AINEs, reposo relativo y evitar actividades que impliquen torsión o rotación de la rodilla.
Tratamiento Quirúrgico:
Si persisten los síntomas o hay desgarros grandes, se realiza artroscopía de rodilla.
Durante el procedimiento, el cirujano puede reparar el menisco (si el desgarro está en una zona vascularizada) o hacer una meniscectomía parcial (extirpación del segmento lesionado).
Se prefiere la reparación siempre que sea posible, ya que preserva la función meniscal y reduce el riesgo de artrosis a largo plazo.
Rehabilitación
La rehabilitación, ya sea tras tratamiento conservador o quirúrgico, es fundamental para recuperar completamente la función de la rodilla. Los programas de fisioterapia se centran en:
Fortalecimiento del cuádriceps y músculos estabilizadores.
Mejorar el rango de movimiento.
Potenciar la estabilidad de la rodilla.
En caso de reparación quirúrgica, la carga de peso suele restringirse entre 4 y 6 semanas, y la recuperación completa puede tomar varios meses, dependiendo de la gravedad de la lesión.
Se requiere seguimiento clínico y, en algunos casos, estudios de imagen para asegurar una recuperación adecuada y prevenir complicaciones.

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