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Desgarros del Cuerno Posterior del Menisco

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Los desgarros del cuerno posterior del menisco (medial y lateral) afectan la parte trasera de los meniscos, que son estructuras cartilaginosas que actúan como amortiguadores entre el fémur y la tibia en la articulación de la rodilla.


Estas lesiones son comunes en atletas y personas que realizan movimientos repetitivos de torsión o flexión de rodilla, aunque también pueden estar asociadas a la degeneración meniscal en adultos mayores. El menisco medial se ve afectado con mayor frecuencia que el lateral debido a su menor movilidad.


Diagnóstico


Los pacientes suelen referir dolor en la parte posterior o lateral de la rodilla, que empeora con flexión profunda o movimientos de rotación. Puede haber bloqueos articulares, sensación de chasquido y una sensación de inestabilidad.


El diagnóstico se sospecha clínicamente mediante la exploración física, utilizando pruebas como la de McMurray o Apley, que reproducen el dolor o los síntomas. Sin embargo, la confirmación definitiva se realiza mediante resonancia magnética (RM), el método de elección para visualizar desgarros meniscales, su localización y extensión.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferenciación Clave

Lesión del Ligamento Cruzado Anterior (LCA)

Inestabilidad anterior de rodilla; pruebas específicas como Lachman o Pivot-shift positivas.

Lesión del Ligamento Colateral Medial (LCM)

Dolor localizado en la cara interna de la rodilla, sin bloqueo articular.

Desgarro del Cuerno Anterior del Menisco

Dolor en la parte anterior de la rodilla, sin afectación posterior.

Condromalacia Rotuliana

Dolor anterior que empeora con flexión profunda.

Artrosis de Rodilla

Dolor crónico con rigidez y crepitación; hallazgos degenerativos en radiografías.

Manejo de Emergencia


El manejo inicial de un desgarro del cuerno posterior incluye el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación), junto con analgésicos (AINEs). Si el paciente presenta bloqueo articular severo o dolor incapacitante, puede requerirse inmovilización temporal de la rodilla hasta realizar una evaluación más detallada.


Puede iniciarse fisioterapia temprana para reducir el dolor y restaurar la movilidad, según la valoración inicial.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y de la presencia de síntomas mecánicos como el bloqueo articular:


Tratamiento Conservador:


  • Desgarros menores o degenerativos pueden manejarse con fisioterapia enfocada en mejorar la fuerza muscular y la estabilidad.


  • Se indica uso de AINEs, reposo relativo y evitar actividades que impliquen torsión o rotación de la rodilla.


Tratamiento Quirúrgico:


  • Si persisten los síntomas o hay desgarros grandes, se realiza artroscopía de rodilla.


  • Durante el procedimiento, el cirujano puede reparar el menisco (si el desgarro está en una zona vascularizada) o hacer una meniscectomía parcial (extirpación del segmento lesionado).


  • Se prefiere la reparación siempre que sea posible, ya que preserva la función meniscal y reduce el riesgo de artrosis a largo plazo.


Rehabilitación


La rehabilitación, ya sea tras tratamiento conservador o quirúrgico, es fundamental para recuperar completamente la función de la rodilla. Los programas de fisioterapia se centran en:


  • Fortalecimiento del cuádriceps y músculos estabilizadores.


  • Mejorar el rango de movimiento.


  • Potenciar la estabilidad de la rodilla.


En caso de reparación quirúrgica, la carga de peso suele restringirse entre 4 y 6 semanas, y la recuperación completa puede tomar varios meses, dependiendo de la gravedad de la lesión.


Se requiere seguimiento clínico y, en algunos casos, estudios de imagen para asegurar una recuperación adecuada y prevenir complicaciones.

 
 
 

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