top of page

Deficiencia de Micronutrientes

MANUAL DE PEDIATRÍA



La deficiencia de micronutrientes puede presentarse en niños con una ingesta calórica suficiente para un crecimiento aceptable, pero con una dieta muy limitada en variedad de alimentos.


Esto puede ocurrir sin que exista una enfermedad de base o un trastorno alimentario diagnosticado, y se diferencia del “niño selectivo” para comer, que es común en la infancia temprana y suele resolverse con el tiempo.


Estos patrones de alimentación son más frecuentes en niños con:


  • Trastornos del neurodesarrollo, incluido el trastorno del espectro autista.


  • Trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos (ARFID).


  • Múltiples alergias alimentarias.


  • Restricciones alimentarias electivas por razones culturales, religiosas o medioambientales.


Los niños con enfermedades de base que afecten la absorción o utilización de micronutrientes deben recibir manejo en coordinación con especialistas pertinentes.


Evaluación


Historia clínica


  • Dieta muy limitada en variedad (ej. ausencia de grupos completos de alimentos, menos de 10 alimentos diferentes consumidos regularmente, mínima variación entre comidas).


  • Patrones dietéticos que predisponen a deficiencias de vitaminas y minerales (ej. dieta vegana).


  • Considerar evaluación dietética con referencia a guías alimentarias nacionales.


  • Signos o síntomas sugerentes de deficiencia de micronutrientes.


  • Antecedente de deficiencia previa de micronutrientes.


  • Uso de suplementos de vitaminas y minerales.


  • Sospecha o diagnóstico confirmado de trastorno del neurodesarrollo (ej. TEA, discapacidad intelectual).


Examen físico


La exploración general para deficiencia de micronutrientes debe incluir:


  • Cambios en la piel (incluida palidez), ojos secos, alteraciones en mucosa oral y encías, bocio, deformidades óseas, neuropatía, cambios en cabello y uñas.


  • Medición de crecimiento (el niño puede tener talla/peso normales o incluso sobrepeso).


  • Búsqueda de signos clínicos específicos según el micronutriente.


Signos clínicos y factores de riesgo según micronutriente

Micronutriente

Signos de deficiencia

Factores de riesgo

Vitamina A (Retinol)

Xeroftalmía: ceguera nocturna, conjuntiva seca, úlcera corneal, ceguera. Piel seca, prurito, infecciones recurrentes, crecimiento deficiente.

Malabsorción (insuficiencia pancreática exocrina, hepatopatía crónica, intestino corto, EII), deficiencia materna, algunas poblaciones refugiadas.

Vitamina B1 (Tiamina)

Fatiga, irritabilidad, apatía, náuseas, dolor abdominal. Beriberi seco (neuropatía periférica simétrica), beriberi húmedo (insuficiencia cardíaca), encefalopatía de Wernicke (confusión, ataxia, oftalmoplejía), síndrome de Korsakoff (amnesia, confusión).

Dieta basada en arroz blanco, malabsorción, algunas poblaciones refugiadas.

Vitamina B3 (Niacina)

Anorexia, vómitos, dolor abdominal, glositis, queilitis. Pelagra: dermatitis, diarrea y confusión. Síntomas tardíos: apatía, debilidad, cefalea, ansiedad, depresión, temblor.

Dieta basada en maíz, malabsorción.

Vitamina B9 (Ácido fólico)

Signos de anemia, anemia macrocítica, neutrófilos hipersegmentados, glositis, úlceras orales, fatiga, crecimiento lento.

Dieta pobre en frescos, malabsorción, medicamentos (fenitoína, fenobarbital, metotrexato, AINEs prolongados).

Vitamina B12 (Cobalamina)

Anemia macrocítica, irritabilidad, retraso o regresión del desarrollo, movimientos involuntarios, neuropatía periférica, glositis, úlceras orales, hiperpigmentación, vitiligo.

Dieta vegana/vegetariana, algunas poblaciones refugiadas, enfermedades GI, lactancia exclusiva con madre deficiente.

Vitamina C (Ácido ascórbico)

Escorbuto: dolor óseo/articular, mala cicatrización, gingivitis hemorrágica, petequias, equimosis, fatiga, pérdida de peso, cabello en “sacacorchos”.

Dieta sin frutas ni verduras.

Vitamina D (Calciferol)

Raquitismo (deformidades de miembros, retraso motor, dolor musculoesquelético), hipocalcemia (convulsiones, tetania).

Falta de exposición solar, piel oscura, obesidad, hepatopatía, nefropatía, lactancia exclusiva con madre deficiente.

Vitamina E (Alfa-tocoferol)

Pérdida de masa muscular, debilidad, marcha inestable.

Malabsorción.

Vitamina K (Fitomenadiona)

Sangrado o moretones excesivos.

Malabsorción.

Cobre

Anemia, neuropatía periférica.

Nutrición parenteral prolongada, malabsorción.

Yodo

Bocio, signos de hipotiroidismo.

Raro fuera de zonas endémicas (ej. interior de Asia, África).

Hierro

Anemia microcítica, palidez, irritabilidad, fatiga, alteración cognitiva, pica.

Dieta vegana/vegetariana, ingesta alta de leche, enfermedades GI, sangrado menstrual abundante, prematuridad, bajo peso al nacer.

Selenio

Miocardiopatía, miositis, acortamiento de dedos.

Nutrición parenteral prolongada.

Zinc

Acrodermatitis enteropática (dermatitis, diarrea, alopecia), depresión, apatía.

Malabsorción, nutrición parenteral, dieta vegetariana.


Manejo


Principios


  • Niños con factores de riesgo deben ser evaluados, incluso si están asintomáticos, ya que algunas complicaciones son irreversibles.


  • Casos sintomáticos requieren evaluación urgente y posible suplementación empírica.


  • Referencia a nutricionista para evaluación y manejo dietético.


  • En toda deficiencia identificada, descartar otras causas además de la dieta.


Investigaciones iniciales (extracción única si es posible)


Sangre:


  • Hemograma completo.


  • Urea, electrolitos, función hepática, calcio, magnesio, fósforo.


  • Estudios de hierro.


  • Vitaminas A, B1, B9, B12, C, D, zinc (con manejo especial de muestras según vitamina).


Segunda línea (si hay riesgo específico):


  • Perfil de coagulación (Vitamina K).


  • Función tiroidea (yodo).


  • Vitamina E, selenio, cobre.


Orina:


  • Vitamina B3.


Tratamiento


  • Suplementar de forma específica según la deficiencia detectada.


  • Seguir dosis y presentaciones recomendadas en guías locales o farmacéuticas, especialmente si hay múltiples deficiencias.


  • Considerar multivitamínicos en niños en riesgo, ajustando dosis y forma (líquido, tableta, polvo) según tolerancia.


  • Mantener dosis de mantenimiento mientras persista el riesgo dietético.


Consultar con pediatría local cuando:


  • Niño con deficiencia sintomática.


  • Causa no clara.


  • Fallo de suplementación oral.


  • Consideración de alimentación por sonda o gastrostomía.


Considerar traslado cuando:


  • El cuidado necesario excede la capacidad del hospital.


Considerar alta cuando:


  • Deficiencia tratada con éxito y riesgos abordados.

 
 
 

Comentarios


bottom of page