MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de los Cuidados paliativos - secreciones
Evaluación del paciente:
Identificación de causas de las secreciones: Durante la fase terminal de una enfermedad, es común la acumulación de secreciones en las vías respiratorias, debido a la incapacidad del paciente para eliminarlas eficazmente. Estas secreciones pueden tener múltiples causas, entre ellas:
Secreciones salivales y bronquiales: La producción normal de saliva y moco bronquial que no puede ser tragada o eliminada.
Infecciones pulmonares: Una infección en las vías respiratorias puede aumentar la cantidad de secreciones y espesar el moco.
Aspiración: El contenido gástrico o salival puede entrar en las vías respiratorias, generando acumulación de secreciones.
Reflujo gástrico: El contenido ácido del estómago puede irritar las vías respiratorias, estimulando la producción de moco.
Edema pulmonar: La acumulación de líquido en los pulmones debido a insuficiencia cardíaca puede causar sonidos húmedos en la respiración.
Broncorrea: Producción excesiva de moco acuoso (más de 100 mL por día), típicamente asociada a ciertos tipos de cáncer, como el carcinoma broncoalveolar.
Medidas conservadoras:
Reposicionamiento: Colocar al paciente de lado y elevar la parte superior del cuerpo puede ayudar al drenaje postural, facilitando la eliminación de secreciones y reduciendo los ruidos respiratorios. Esta técnica es simple y puede ser eficaz sin necesidad de medicación.
Explicación a los familiares: Es importante tranquilizar a la familia y a los cuidadores sobre el hecho de que, en la mayoría de los casos, el paciente no experimenta malestar por los sonidos de las secreciones. Explicar que el “estertor de la muerte” es una señal de que el cuerpo está comenzando a apagarse, y que los ruidos provienen de la incapacidad para eliminar las secreciones, no de dolor o sufrimiento.
Tratamiento farmacológico:
Si el reposicionamiento no es suficiente para controlar las secreciones y estas siguen causando preocupación o angustia a los familiares, se pueden utilizar medicamentos antimuscarínicos para reducir la producción de saliva y moco. Las opciones más comunes incluyen:
Glicopirronio: Tiene menos efectos secundarios centrales, ya que no cruza la barrera hematoencefálica.
Hioscina butilbromuro: No atraviesa la barrera hematoencefálica, lo que minimiza los efectos secundarios en el sistema nervioso central.
Hioscina hidrobromuro: Aunque efectivo, puede causar sedación, confusión o delirios, debido a que atraviesa la barrera hematoencefálica.
Monitorización: Después de la administración del tratamiento, es fundamental monitorear la respuesta del paciente cada 4 a 12 horas. Si no se observan mejoras después de 12 horas, o si surgen efectos secundarios como boca seca, agitación o delirios, se debe ajustar o suspender el tratamiento.
Infecciones asociadas a las secreciones:
En algunos casos, las secreciones pueden estar infectadas, como ocurre en presencia de una infección pulmonar. Si se sospecha de una infección respiratoria y esta está causando molestias, se puede considerar el uso de antibióticos de amplio espectro. Aunque el tratamiento con antibióticos en la fase terminal no suele cambiar el curso de la enfermedad, puede mejorar la comodidad del paciente al reducir la cantidad de esputo purulento.
Diagnóstico
El diagnóstico de acumulación de secreciones en pacientes en fase terminal se realiza al identificar ruidos respiratorios como gorgoteos, estertores o burbujeo que son audibles durante la inspiración y la espiración. Estos ruidos son causados por la acumulación de saliva y moco en la hipofaringe, que el paciente no puede expulsar debido a su debilidad o inconsciencia.
Es importante descartar otras causas potenciales de ruidos respiratorios y evaluar si las secreciones están afectando al paciente o si solo están causando angustia a los familiares.
Diagnóstico diferencial
Al evaluar un paciente con secreciones respiratorias, es esencial descartar otras causas posibles que podrían requerir diferentes enfoques de manejo:
Infección pulmonar: La presencia de fiebre, tos productiva o esputo purulento puede indicar una infección pulmonar subyacente, que puede ser tratada con antibióticos si es clínicamente indicado.
Edema pulmonar: Si el paciente presenta sonidos respiratorios húmedos y se sospecha de insuficiencia cardíaca, el edema pulmonar puede estar contribuyendo a las secreciones.
Broncorrea: Producción de grandes volúmenes de moco acuoso (más de 100 mL al día), que puede estar relacionada con un carcinoma broncoalveolar o metástasis pulmonares.
Aspiración: Si hay evidencia de aspiración de contenido gástrico o salival, este puede contribuir a las secreciones respiratorias y debe abordarse adecuadamente.
Definición
Las secreciones respiratorias en la fase terminal de una enfermedad se refieren a la acumulación de saliva y moco en las vías respiratorias, lo que produce sonidos audibles de gorgoteo o estertores durante la respiración. Este fenómeno, conocido comúnmente como el “estertor de la muerte”, ocurre porque el paciente, debido a la debilidad, sedación o inconsciencia, ya no puede eliminar estas secreciones de forma eficaz mediante la deglución o la tos.
Las secreciones pueden ser causadas por una combinación de factores, como la disminución del reflejo de deglución, la producción excesiva de moco, infecciones o la posición del paciente.
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