MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La aspiración de cuerpos extraños (CE) en la vía aérea es una urgencia médica potencialmente mortal, especialmente frecuente niños en menores de 3 años[1][2]. Este evento puede pasar desapercibido inicialmente, lo que aumenta el riesgo de complicaciones a largo plazo[4]. El diagnóstico precoz y el manejo adecuado son cruciales para prevenir la morbilidad y mortalidad asociadas.
Síntomas
Los síntomas de la aspiración de CE varían según la localización y el grado de obstrucción:
Tos súbita y paroxística: Es el síntoma más común y sugestivo[1][2].
Disnea: Puede ser inspiratoria en obstrucciones altas o espiratoria en las bajas[1][4].
Sibilancias: Especialmente en obstrucciones bronquiales[4][6].
Estridor: Característico de obstrucciones laríngeas o traqueales[1][6].
Cianosis: En casos de obstrucción severa[1][2].
Dificultad para hablar o toser: Indica obstrucción significativa[1].
Es importante destacar que puede haber un período asintomático entre el evento inicial y la aparición de complicaciones[8].
Signos clínicos
La exploración física puede revelar:
Disminución de los ruidos respiratorios: Unilateral o bilateral[1][2].
Sibilancias localizadas o generalizadas[4][6].
Tiraje intercostal o supraesternal[1].
Taquipnea o bradipnea[1][4].
Fiebre: En casos de complicaciones infecciosas[1][4].
Exploración
La exploración debe ser sistemática y cuidadosa:
Inspección: Buscar signos de dificultad respiratoria, cianosis o asimetría torácica[1][4].
Palpación: El “golpe palpable” puede detectarse en CE traqueales[1].
Percusión: Puede revelar áreas de matidez en atelectasias o consolidaciones[4].
Auscultación: Buscar asimetrías en los ruidos respiratorios, sibilancias focales o generalizadas[1][4][6].
Pruebas diagnósticas
Radiografía de tórax: Es el estudio inicial, aunque puede ser normal en hasta un tercio de los casos[4][7]. Se deben buscar signos indirectos como:
Atelectasia (41%)
Neumonía (32,4%)
Atrapamiento aéreo o enfisema obstructivo (23%)
Desviación mediastínica, neumomediastino o neumotórax (menos frecuentes)[7]
Tomografía computarizada: Puede ser útil en casos dudosos o para evaluar complicaciones[4].
Broncoscopia: Es el método de diagnóstico y terapéutico de elección[4][7]. La broncoscopia rígida permite una mejor visualización y facilita la extracción del CE[8].
Manejo de emergencias
El manejo inicial depende de la gravedad de la obstrucción:
Obstrucción completa:
En lactantes: Maniobra de expulsión del cuerpo extraño[2].
En niños y adultos: Maniobra de Heimlich[2].
Obstrucción parcial o paciente estable:
Mantenga al paciente en una posición cómoda y evite manipulaciones innecesarias[1][3].
Administrar oxígeno suplementario si es necesario[3].
Realizar evaluación clínica y radiológica rápida[3][4].
Preparación para broncoscopia:
Ayuno (si el estado del paciente lo permite)[3].
Acceso venoso y monitorización[3].
Antibióticos profilácticos en casos seleccionados[1][3].
Broncoscopia rígida:
Bajo anestesia general[4][7].
Permite la extracción del CE y el manejo de complicaciones[4][7][8].
Seguimiento post-extracción:
Observación clínica[1][3].
Radiografía de control[3].
Considere repetir la broncoscopia si persisten los síntomas[1].
La aspiración de CE es una emergencia que requiere un alto índice de sospecha, diagnóstico rápido y manejo adecuado. La prevención, mediante la educación de padres y cuidadores, sigue siendo la estrategia más efectiva para reducir la incidencia de este problema de salud pública[2][5].
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