MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La ingestión de cuerpos extraños es un problema frecuente en la práctica clínica, especialmente en niños, ancianos, pacientes psiquiátricos y presos[5]. Aunque la mayoría de los cuerpos extraños ingéridos pasan por el tracto digestivo sin complicaciones, algunos casos pueden requerir intervención médica o quirúrgica[5].
Síntomas
Los síntomas de la ingestión de cuerpos extraños pueden variar según la localización y las características del objeto. Los pacientes pueden presentar:
Sensación de cuerpo extraño
Disfagia
Odinofagia
Dolor retroesternal o epigástrico
Sialorrea
Náuseas y vómitos
Tos o disnea (si hay compromiso de la vía aérea)[1][2][3]
En algunos casos, especialmente cuando el cuerpo extraño ha pasado al estómago, los pacientes pueden permanecer asintomáticos[3].
Signos clínicos
Los signos clínicos pueden incluir:
Dificultad para tragar
Bebé
Estridor o sibilancias
Disminución de los ruidos respiratorios.
Enfisema subcutáneo (en caso de perforación esofágica)
Fiebre (si hay complicaciones infecciosas)[1][3]
Exploración
La exploración física debe incluir:
Evaluación de la vía aérea y la respiración
Examen de la cavidad oral y la faringe.
Palpación del cuello en busca de crepitación o enfisema subcutáneo.
Auscultación pulmonar
Exploración abdominal[4]
Pruebas diagnósticas
Las principales pruebas diagnósticas son:
Radiografía simple: Es la prueba inicial más utilizada. Se deben realizar proyecciones de cuello, tórax y abdomen en posición anteroposterior y lateral[2][4].
Detector manual de metales: Puede ser útil para localizar objetos metálicos y evitar radiografías innecesarias[4].
Tomografía computarizada (TC): Puede ser necesaria en casos complejos o cuando se sospecha de complicaciones[4].
Endoscopia: Es tanto diagnóstica como terapéutica, permitiendo la visualización directa y la extracción del cuerpo extraño[5].
Manejo de emergencias
El manejo en el servicio de emergencias debe seguir estos pasos:
Evaluación inicial: Valorar el estado general del paciente y la permeabilidad de la vía aérea[5].
Historia clínica y exploración física detalladas[4].
Pruebas de imagen: Generalmente se inicia con radiografía simple[2][4].
Determinar la necesidad de intervención urgente: Los cuerpos extraños en esófago, objetos punzantes o baterías requieren extracción inmediata[1][5].
Extracción endoscópica: Es el método de elección para la mayoría de los cuerpos extraños accesibles[5].
Observación: En casos seleccionados, cuando el objeto ha pasado al estómago y no es peligroso, se puede optar por una conducta expectante[1][5].
Intervención quirúrgica: Necesaria en casos de perforación o cuando la extracción endoscópica no es posible o ha fallado[5].
Seguimiento: Es importante para detectar posibles complicaciones tardías[5].
El manejo de los cuerpos extraños ingéridos requiere un enfoque multidisciplinario, involucrando a médicos de emergencias, gastroenterólogos, radiólogos y cirujanos. La elección del tratamiento depende de factores como el tipo y localización del cuerpo extraño, la sintomatología del paciente y el tiempo transcurrido desde la ingestión[5].
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