MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Los cuerpos extraños conjuntivales representan una de las formas más comunes de trauma ocular, siendo una causa frecuente de consulta en los servicios de emergencia[3][4]. Este artículo académico abordará los aspectos clave de esta condición, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los pacientes con cuerpos conjuntivales extraños suelen presentar una serie de síntomas característicos:
Sensación de cuerpo extraño en el ojo[1][3]
Dolor ocular, que puede variar de leve a moderado[1][4]
Lagrimeo excesivo[1][3]
Fotofobia, especialmente si el cuerpo extraño afecta la córnea[1]
Dificultad para mantener el ojo abierto debido al malestar[3]
Visión borrosa, particularmente si el cuerpo extraño se encuentra en el eje visual[1]
Es importante destacar que la intensidad de los síntomas puede variar dependiendo de la localización del cuerpo extraño. Aquellos ubicados en la córnea tienden a producir síntomas más intensos debido a la rica inervación de esta estructura[4].
Signos Clínicos
La exploración física puede revelar varios signos clínicos indicativos de un cuerpo extraño conjuntival:
Hiperemia conjuntival (enrojecimiento del ojo)[1][3]
Edema palpebral[3]
Reacción leve en la cámara anterior del ojo[3]
Queratitis punteada superficial[3]
Presencia visible del cuerpo extraño en la superficie ocular[2]
Erosiones corneales lineales, especialmente si son verticales, lo que puede indicar un cuerpo extraño subtarsal[4]
Exploración
La exploración detallada es crucial para el diagnóstico y manejo adecuado:
Anamnesis completa, incluyendo el tiempo de evolución y la actividad realizada al inicio de los síntomas[1].
Examen de agudeza visual[3][4].
Evaluación de la forma y reactividad pupilar[4].
Exploración minuciosa de toda la superficie ocular, incluyendo los fondos de saco conjuntivales[1][3].
Eversión de los párpados para examinar el fórnix conjuntival[1].
Uso de lámpara de hendidura para una visualización detallada[2][3].
Pruebas Diagnósticas
Además de la exploración física, se pueden realizar las siguientes pruebas:
Tinción con fluoresceína: Permite detectar defectos epiteliales corneales y el cuerpo extraño[1][3].
pHmetría: En casos de sospecha de causticación[1].
Examen del fondo de ojo dilatado: Para descartar complicaciones en el segmento posterior[3].
En casos complejos, pueden ser necesarias pruebas de imagen como radiografías o tomografía computarizada para localizar cuerpos extraños intraoculares[3].
Manejo de emergencias
El tratamiento de un cuerpo extraño conjuntival en el servicio de emergencias generalmente sigue estos pasos:
Aplicación de anestesia tópica para facilitar la exploración y el tratamiento[1][3][4].
Extracción del cuerpo extraño:
Uso de una espátula o aguja calibre 25 bajo aumento para cuerpos extraños corneales[3].
Irrigación para cuerpos extraños múltiples o sueltos[3].
Remoción del anillo de óxido si está presente, aunque se debe tener precaución si está sobre el eje visual[3].
Tratamiento antibiótico tópico para prevenir infecciones[3][4].
La analgesia es necesaria[4].
En caso de lentes de contacto, considere el tratamiento antipseudomonas[3].
Es fundamental reconocer las limitaciones del equipo y las habilidades disponibles, y referir al paciente a un especialista en oftalmología cuando sea necesario[3].
El manejo adecuado de los cuerpos extraños conjuntivales requiere una evaluación cuidadosa y un tratamiento oportuno para prevenir complicaciones y asegurar la mejor recuperación posible para el paciente.
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