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Cuello radial

MANUAL DE PEDIATRÍA



Las fracturas del cuello radial son relativamente frecuentes. Cuando se presentan como lesiones aisladas, mínimamente desplazadas o anguladas, el pronóstico suele ser favorable.


No obstante, el médico tratante debe estar alerta ante cualquier desplazamiento de la cabeza radial o la presencia de lesiones asociadas en el cúbito (incluyendo el olécranon) o el epicóndilo medial, lo cual puede indicar una lesión tipo Monteggia. Estas lesiones requieren intervención quirúrgica temprana para evitar secuelas a largo plazo.


Restricciones al movimiento de pronación-supinación pasiva o dolor severo con estos movimientos deben considerarse una señal de alarma que justifica una evaluación más exhaustiva.


Una hinchazón importante no es esperada en una fractura simple del cuello radial. Su presencia sugiere una lesión más compleja.


El antecedente de una deformidad evidente en el momento del trauma que mejora antes de la consulta podría indicar una luxación del codo que se redujo espontáneamente, lo cual debe hacer pensar en complicaciones asociadas.


¿Cómo se clasifican?


Las fracturas del radio proximal se clasifican según:


  • Ubicación anatómica:


    • Metafisaria


    • Fisaria (la más común, generalmente tipo Salter-Harris II)


  • Grado de desplazamiento


  • Presencia de otras lesiones en codo o antebrazo (óseas o ligamentosas), como en la fractura de Monteggia


  • Presencia o antecedente de luxación del codo


Es esencial distinguir entre estas variantes, ya que el tratamiento y el pronóstico varían considerablemente.


¿Qué tan comunes son y cómo ocurren?


Las fracturas del cuello radial representan aproximadamente el 8% de las fracturas del codo en niños.


El mecanismo más frecuente es una caída sobre el brazo extendido, generando un estrés en valgo en el codo.También pueden producirse por una luxación del codo y su posterior reducción manual.


¿Cómo se presentan clínicamente?


El paciente suele tener:


  • Dolor y sensibilidad en la región lateral del codo


  • Hinchazón localizada


  • Limitación de la rotación del antebrazo (pronación y supinación)


La incapacidad para rotar el antebrazo, ya sea por bloqueo mecánico o dolor severo, sugiere una lesión más compleja.


No suele haber deformidad visible, salvo que existan lesiones asociadas como luxación del codo o fractura del cúbito.


¿Qué estudios radiológicos deben solicitarse?


  • Radiografías anteroposterior (AP) y lateral del codo, con el antebrazo en la misma posición de rotación en ambas proyecciones (por ejemplo, posición neutra) para obtener imágenes ortogonales del radio proximal.


  • Si el paciente no puede extender completamente el codo, la imagen AP puede no mostrar correctamente el radio. En ese caso, se debe solicitar una vista AP específica del radio proximal.


  • En todas las vistas, una línea trazada a lo largo del eje del radio debe pasar por el centro del capitellum. Si no lo hace, puede haber luxación de la cabeza radial.


¿Qué se observa en la radiografía?


  • Salter-Harris tipo I: Puede asociarse con avulsión del epicóndilo medial, reflejando una fuerza en valgo importante.


  • Salter-Harris tipo II: A menudo se asocia con fractura del olécranon. Esta combinación corresponde a una variante de fractura de Monteggia, que requiere derivación inmediata a ortopedia.


  • Fractura desplazada del cuello radial:


    • Puede estar severamente angulada, incluso hasta 90°


    • Puede pasar desapercibida si solo se revisa la vista lateral


    • Puede deberse a una luxación de codo reducida espontáneamente


¿Cuándo se requiere reducción (quirúrgica o no quirúrgica)?


  • Cualquier fractura del cuello radial con deformidad en el cúbito, fractura del olécranon o del cuerpo del cúbito debe considerarse como una fractura-luxación tipo Monteggia y manejarse como tal.


  • Las fracturas con desplazamiento de la cabeza radial requieren evaluación ortopédica el mismo día.


  • Las fracturas que comprometen la superficie articular (Salter-Harris tipo III o IV) también requieren evaluación ortopédica urgente.


  • Las fracturas aisladas y no desplazadas se tratan según el grado de angulación:


    • Si la angulación es menor o igual a 30°, no se requiere reducción.


    • Si la angulación supera los 30°, generalmente se requiere reducción bajo anestesia general e intensificador de imágenes.


Consideraciones adicionales:


  • Cuanto más cerca esté el niño de la madurez esquelética, menor es la capacidad de remodelación. En estos casos, incluso deformidades >15° pueden no ser aceptables.


  • La angulación real puede estar subestimada en una sola proyección.


  • La traslación del fragmento puede agravar el efecto de la angulación.


  • Lesiones asociadas pueden hacer que el grado de deformidad aumente con el tiempo.


¿Cuándo debo derivar al servicio de ortopedia?


Un médico de urgencias con experiencia debe participar en la evaluación de todas las fracturas del cuello radial.


Derivar a ortopedia de inmediato si:


  • La fractura requiere reducción (desplazamiento, lesión tipo Monteggia, compromiso articular)


  • Hay una segunda fractura en el mismo miembro superior


  • Existe hinchazón extrema o sospecha de síndrome compartimental


  • Hay bloqueo mecánico o dolor severo con movimientos suaves de pronación-supinación


¿Cuál es el manejo habitual en urgencias?

Tipo de fractura

Reducción

Inmovilización

Fractura aislada, mínimamente desplazada o angulada (≤30°), en menores de 10 años

No se requiere

Férula posterior por encima del codo, codo en 90°, antebrazo en posición neutra por 3 semanas

Todas las demás fracturas

Requieren reducción (cerrada o abierta). Derivar a ortopedia

A cargo del equipo de ortopedia

¿Qué seguimiento se necesita?


  • Todas las fracturas del cuello radial deben tener control en clínica de fracturas dentro de la primera semana, con radiografía sin yeso/férula.


Razones importantes para este seguimiento:


  • El desplazamiento puede aumentar en los primeros días.


  • El hueso consolida rápidamente y la reducción cerrada se vuelve muy difícil después de 5 días.


  • Puede haber lesiones asociadas (como fractura del olécranon) no detectadas en la evaluación inicial.


Si hay dificultad logística para organizar el seguimiento en tiempo y forma, se debe escalar al especialista ortopédico de guardia.


También puede estar indicado realizar una tomografía del codo si:


  • Hay dudas sobre el desplazamiento de la cabeza radial


  • Se sospecha una variante de Monteggia


  • Hay bloqueo mecánico a la rotación del antebrazo


¿Qué se debe decir a los padres?


  • Las fracturas no desplazadas tienen buen pronóstico, pero pueden dejar rigidez residual (especialmente en la rotación del antebrazo), incluso con tratamiento adecuado.


  • Las lesiones combinadas en el codo pueden tener un pronóstico más incierto, especialmente si hay desplazamiento severo.


  • El seguimiento estrecho con radiografías sin férula es esencial.


  • En general, los niños recuperan bien la movilidad del codo y no suelen necesitar fisioterapia.


¿Qué complicaciones pueden presentarse?


Complicaciones frecuentes o importantes:


  • Rigidez de la rotación del antebrazo (muy común)


  • Necrosis avascular de la cabeza radial, asociada con gran desplazamiento o cirugía tardía


  • Osificación heterotópica, que puede bloquear el movimiento


  • Cierre prematuro de la fisis, lo que puede provocar angulación del antebrazo o el codo


  • Desplazamiento no reconocido de la cabeza radial o lesión tipo Monteggia no tratada a tiempo

 
 
 

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