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Convulsiones

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



Las convulsiones son alteraciones repentinas e incontroladas de la actividad eléctrica cerebral que pueden manifestarse de diversas formas y tienen múltiples causas. Este artículo abordará los aspectos clave de las convulsiones, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


Los síntomas de las convulsiones varían según el tipo y la región cerebral afectada. Pueden incluir:


  • Alteración de la conciencia, desde breves lapsos de desconexión hasta pérdida completa del conocimiento[1][5]

  • Movimientos involuntarios, desde espasmos focales hasta convulsiones generalizadas[1][5]

  • Sensaciones anormales como olores intensos, alucinaciones visuales o entumecimiento[5]

  • Cambios emocionales o cognitivos, como miedo súbito, ansiedad o déjà vu[6]

  • Síntomas autonómicos como palpitaciones, sudoración o náuseas[1]


Signos clínicos


Los signos observables durante una convulsión pueden incluir:


  • Movimientos tónico-clónicos (rigidez seguida de sacudidas rítmicas)[1][5]

  • Ausencias o mirada fija[1]

  • Automatismos (movimientos repetitivos sin propósito)[5]

  • Caída súbita o pérdida del tono muscular[5]

  • Desviación de la mirada o movimientos oculares anormales[1]

  • Incontinencia urinaria o fecal[1]

  • Mordedura de lengua[1]

  • Cianosis o alteraciones del patrón respiratorio[6]


Exploración


La exploración del paciente con sospecha de convulsión debe incluir:


  • Evaluación del nivel de conciencia y función cognitiva[3]

  • Examen neurológico completo, incluyendo pares craneales, fuerza, sensibilidad y reflejos[3]

  • Búsqueda de signos de traumatismo asociado[3]

  • Evaluación de signos vitales, incluyendo temperatura para descartar crisis febriles[1][6]

  • Exploración general para identificar posibles causas sistémicas[3]


Pruebas diagnósticas


Las pruebas diagnósticas más relevantes son:


  • Electroencefalograma (EEG): fundamental para detectar actividad epileptiforme[3][4]

  • Neuroimagen: TC o RM cerebral para descartar lesiones estructurales[3][4]

  • Analítica sanguínea: incluyendo glucemia, electrolitos, función renal y hepática[3][4]

  • Punción lumbar: si se sospecha infección del sistema nervioso central[3][4]

  • Estudios toxicológicos: en casos de sospecha de intoxicación[3]


En casos seleccionados, pueden ser necesarias pruebas más específicas como SPECT o PET cerebral[4].


Manejo de emergencias


El manejo inicial de una convulsión en emergencias debe seguir estos pasos:


  1. Asegurar la vía aérea, respiración y circulación[3]

  2. Colocar al paciente en posición lateral de seguridad[3]

  3. Administrar benzodiacepinas si la crisis se prolonga más de 5 minutos (status epiléptico)[3][7]

  4. Monitorizar signos vitales y saturación de oxígeno[3]

  5. Obtener acceso venoso e iniciar fluidoterapia si es necesario[3]

  6. Realizar glucemia capilar y corregir hipoglucemia si está presente[3]

  7. Iniciar estudios diagnósticos urgentes (analítica, neuroimagen)[3][4]

  8. Considerar la administración de fármacos antiepilépticos de segunda línea si la crisis no cede[3][7]


Es crucial identificar y tratar las posibles causas desencadenantes, como infecciones, alteraciones metabólicas o lesiones cerebrales agudas[3][7].


El manejo adecuado de las convulsiones requiere un enfoque sistemático que incluya una evaluación clínica detallada, pruebas diagnósticas apropiadas y un tratamiento rápido y efectivo en situaciones de emergencia.


El conocimiento de los diversos aspectos de las convulsiones es esencial para optimizar el cuidado de estos pacientes y prevenir complicaciones.


Citas


 
 
 

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