MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de Conjuntivitis infecciosa
Medidas generales:
Reasegurar al paciente: La mayoría de los casos de conjuntivitis infecciosa son autolimitados y no requieren tratamiento antimicrobiano. Las formas virales suelen resolverse en una a dos semanas, mientras que las bacterianas lo hacen en 5 a 10 días.
Cuidado personal:
Limpieza de los párpados: Usar algodón humedecido en solución salina estéril o agua hervida enfriada para retirar las secreciones que puedan causar irritación o bloquear los ojos al despertar.
Compresas frías: Aplicar compresas frías en el área de los ojos puede reducir el enrojecimiento, la hinchazón y la incomodidad.
Lágrimas artificiales: Se recomienda el uso de lágrimas artificiales para mejorar el confort y aliviar la sensación de sequedad o irritación.
Evitar el uso de lentes de contacto: Si el paciente usa lentes de contacto, se debe aconsejar suspender su uso hasta que los síntomas desaparezcan por completo, ya que las infecciones pueden agravarse con su uso.
Control de infecciones:
Lavado frecuente de manos con agua y jabón para evitar la transmisión de la infección a otras personas o al otro ojo.
Evitar compartir toallas o pañuelos, lo que podría propagar la infección.
Uso de paños desechables: Limpiar el ojo afectado con pañuelos desechables para reducir el riesgo de contaminación.
Evitar el contacto cercano: Las personas infectadas deben evitar el contacto cercano con otros, especialmente si trabajan en el ámbito sanitario o en guarderías. Los niños no deben ser excluidos de la escuela o guardería a menos que haya un brote.
Tratamiento con antibióticos tópicos:
En casos de conjuntivitis bacteriana, los antibióticos tópicos pueden ser necesarios si la infección es severa o el paciente está en alto riesgo de complicaciones (por ejemplo, personas inmunocomprometidas o usuarios de lentes de contacto). Se puede utilizar un enfoque de tratamiento retrasado, es decir, iniciar el antibiótico si los síntomas persisten después de 3 días.
Cloranfenicol 0.5% gotas: Aplicar 1 gota cada 2 horas durante los primeros 2 días y luego reducir la frecuencia a 3-4 veces al día, continuando hasta 48 horas después de la resolución de los síntomas.
Cloranfenicol 1% ungüento: Aplicar 3-4 veces al día.
Ácido fusídico 1% gotas: Aplicar 1 gota dos veces al día hasta 48 horas después de la desaparición de la infección.
Para usuarios de lentes de contacto, se debe considerar un antibiótico eficaz contra bacterias Gram-negativas, como una quinolona (ej. levofloxacina o moxifloxacina) o un aminoglucósido (ej. gentamicina).
Seguimiento y referencias a oftalmología:
Si los síntomas persisten después de 7-10 días de tratamiento en primaria, o si el paciente presenta síntomas severos como dolor ocular, fotofobia o deterioro de la visión, se debe realizar una referencia urgente a oftalmología.
Las personas con uso de lentes de contacto y síntomas corneales, como lagrimeo o fotofobia, deben ser evaluadas con urgencia.
En casos de conjuntivitis por herpes, gonocócica o clamidia, se requiere una evaluación inmediata para evitar complicaciones graves, como la perforación corneal o la ceguera.
Diagnóstico
Historia clínica:
Evaluar el inicio, duración y tipo de síntomas (eritema, secreción, dolor, visión borrosa).
Preguntar por exposición reciente a personas infectadas, especialmente en ambientes comunitarios o familiares.
Inquirir sobre factores de riesgo como el uso de lentes de contacto, inmunocompromiso, y antecedentes de traumatismo ocular o cirugía reciente.
Identificar la presencia de banderas rojas que indican la necesidad de referir al paciente a oftalmología con urgencia:
Dolor severo o deterioro de la visión.
Fotofobia y cefalea, que pueden indicar infecciones sistémicas graves como meningitis.
Secreción purulenta rápida y copiosa, que puede sugerir una infección gonocócica.
Herpes ocular: especialmente si hay lesiones vesiculares en los párpados o en la punta de la nariz (signo de Hutchinson).
Examen físico:
Evaluar la conjuntiva buscando eritema, secreciones (acuosas, purulentas o mucopurulentas), folículos, papilas y pseudomembranas.
Observar los párpados para detectar hinchazón, inflamación, nódulos o vesículas.
Usar fluoresceína para detectar úlceras corneales o defectos epiteliales en usuarios de lentes de contacto.
Evaluar la agudeza visual y los reflejos pupilares.
Palpar los ganglios linfáticos preauriculares en casos de conjuntivitis viral o bacteriana severa, como la causada por Neisseria gonorrhoeae.
Diagnóstico diferencial
Condiciones graves que pueden imitar la conjuntivitis:
Glaucoma agudo: dolor ocular severo, visión borrosa y halos alrededor de las luces.
Queratitis: erosión corneal con fotofobia y dolor ocular intenso.
Uveítis anterior: dolor, enrojecimiento y fotofobia con pupila irregular.
Escleritis: inflamación grave de la esclera, con dolor profundo y enrojecimiento.
Conjuntivitis no infecciosa:
Conjuntivitis alérgica: frecuente en pacientes con antecedentes de alergias, con prurito intenso y secreciones acuosas.
Conjuntivitis tóxica: causada por la exposición a irritantes químicos o medicamentos.
Conjuntivitis mecánica: puede ser secundaria a cuerpos extraños o uso prolongado de lentes de contacto.
Otras afecciones oculares:
Dacriocistitis: inflamación del saco lagrimal, que puede causar enrojecimiento y dolor en la región nasal.
Blefaritis: inflamación crónica de los párpados que puede coexistir con la conjuntivitis.
Queroconjuntivitis: inflamación simultánea de la córnea y la conjuntiva.
Definición
La conjuntivitis infecciosa es una inflamación de la conjuntiva causada por virus, bacterias o parásitos. Los virus, especialmente los adenovirus, son la causa más frecuente, seguidos por bacterias como Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y Haemophilus influenzae. La conjuntivitis suele ser una condición autolimitada que, aunque causa molestias, rara vez conduce a complicaciones graves. Sin embargo, en algunos casos, como la conjuntivitis por Neisseria gonorrhoeae o herpes, pueden presentarse complicaciones severas, incluyendo pérdida de visión.
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