MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la membrana mucosa que recubre el ojo y la superficie interna de los párpados[1][3]. Esta condición oftalmológica común puede ser causada por diversos factores, incluyendo infecciones virales o bacterianas, alergias y exposición a irritantes[1][3][5].
Síntomas
Los síntomas de la conjuntivitis pueden variar según la etiología, pero generalmente incluyen:
Enrojecimiento ocular
Sensación de cuerpo extraño o arenilla
Picazón o ardor
Lagrimeo excesivo
Secreción ocular (acuosa, mucosa o purulenta)
Sensibilidad a la luz (fotofobia)
Visión borrosa temporal[1][3][7]
La intensidad de estos síntomas puede fluctuar, siendo más pronunciados en las mañanas debido a la acumulación de secreciones durante la noche[3].
Signos clínicos
Los signos clínicos observables en la conjuntivitis incluyen:
Hiperemia conjuntival (enrojecimiento)
Edema palpebral
Quemosis (inflamación de la conjuntiva bulbar)
Folículos o papilas en la conjuntiva palpebral
Secreción ocular (variable según la etiología)
Adenopatía preauricular (especialmente en casos virales)[1][2][7]
En casos de conjuntivitis viral, se puede observar la presencia de hemorragias subconjuntivales y pseudomembranas[2].
Exploración
La exploración oftalmológica debe incluir:
Evaluación de la agudeza visual
Examen con lámpara de hendidura para valorar:
Grado de hiperemia
Presencia de folículos o papilas.
Características de la secreción
Integridad corneal
Eversión del párpado superior para examinar la conjuntiva tarsal
Palpación de ganglios preauriculares y submandibulares[2][7]
Pruebas Diagnósticas
Aunque el diagnóstico de la conjuntivitis es principalmente clínico, en casos específicos pueden ser necesarias las siguientes pruebas:
Cultivo conjuntival: indicado en casos de sospecha de conjuntivitis bacteriana severa o resistente al tratamiento[2]
Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos: útiles para identificar patógenos virales específicos[7]
Raspado conjuntival para citología: puede ayudar a diferenciar entre conjuntivitis alérgica y otras etiologías[2]
Tinción con fluoresceína: para evaluar la integridad de la superficie ocular[7]
En casos de conjuntivitis neonatal, se deben realizar cultivos y pruebas específicas para descartar infecciones por Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis[4][8].
Manejo de emergencias
El manejo de la conjuntivitis en el servicio de emergencias debe seguir estos pasos:
Evaluación rápida para descartar complicaciones graves como queratitis o uveítis[2]
Determinación de la probable etiología basada en la presentación clínica.
Educación al paciente sobre medidas higiénicas para prevenir la propagación[1][3]
Tratamiento sintomático:
Compresas frías para aliviar la inflamación.
Lágrimas artificiales para el confort ocular[3][7]
Tratamiento específico según la etiología sospechada:
Conjuntivitis bacteriana: antibióticos tópicos como eritromicina o cloranfenicol[2]
Conjuntivitis viral: generalmente autolimitada, manejo sintomático[3][7]
Conjuntivitis alérgica: antihistamínicos tópicos o sistémicos[3]
Seguimiento y derivación a oftalmología en casos complicados o que no responden al tratamiento inicial[2]
Es crucial enfatizar que el uso indiscriminado de antibióticos tópicos debe evitarse, especialmente en casos de sospecha de conjuntivitis viral[2][3].
La conjuntivitis es una condición común que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico preciso. El reconocimiento temprano de los signos y síntomas, junto con un manejo adecuado, es esencial para prevenir complicaciones y reducir la propagación de formas infecciosas.
Citas
[5] https://hospitalveugenia.com/blog/consejos-de-salud/conjuntivitis-virica-bacteriana-o-alergica-sintomas-causas-tratamiento-oftalmologo/
[6] http://revistasbolivianas.umsa.bo/scielo.php?lng=pt&nrm=iso&pid=S2304-37682012000400002&script=sci_arttext
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