MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Colitis Ulcerosa
El manejo de la colitis ulcerosa se basa en inducir la remisión durante los brotes y mantenerla a largo plazo, minimizando las complicaciones. El tratamiento específico dependerá de la gravedad y extensión de la enfermedad. Las opciones incluyen:
Aminosalicilatos (como mesalazina o sulfasalazina): se utilizan como tratamiento de primera línea en personas con enfermedad leve a moderada para inducir y mantener la remisión. Se pueden administrar por vía oral o tópica (supositorios o enemas), dependiendo de la extensión de la inflamación.
Corticosteroides: se emplean para inducir la remisión en aquellos que no responden a los aminosalicilatos. Se usan por periodos limitados debido a sus efectos secundarios a largo plazo. Pueden administrarse de manera tópica, oral o intravenosa, dependiendo de la gravedad.
Inmunosupresores (como azatioprina o mercaptopurina): se indican para mantener la remisión en personas que no responden adecuadamente a los aminosalicilatos o que son dependientes de corticosteroides.
Terapias biológicas (como infliximab, adalimumab, golimumab o vedolizumab): se usan en casos de enfermedad severa o resistente a otros tratamientos. Actúan bloqueando partes específicas del sistema inmune, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) o los integrinas.
Tratamientos quirúrgicos: se consideran cuando la enfermedad no responde al tratamiento médico o cuando hay complicaciones graves como megacolon tóxico, perforación intestinal o riesgo de cáncer colorrectal. La cirugía más común es la proctocolectomía total con creación de una bolsa ileal.
En el manejo a largo plazo, es fundamental monitorear el impacto de la enfermedad en la calidad de vida del paciente, el riesgo de osteoporosis debido al uso prolongado de corticosteroides, y la necesidad de vigilancia periódica para detectar cáncer colorrectal.
También se debe educar al paciente sobre la adherencia a los tratamientos, el manejo de los síntomas y la importancia de mantener una nutrición adecuada.
Diagnóstico
El diagnóstico de colitis ulcerosa se basa en una combinación de síntomas clínicos, hallazgos en la exploración física y estudios complementarios. Se debe sospechar en personas con síntomas como:
Diarrea con sangre que persiste por más de 6 semanas.
Urgencia fecal y tenesmo (sensación constante de necesidad de evacuar sin éxito).
Dolor abdominal, especialmente en el cuadrante inferior izquierdo.
Síntomas inespecíficos como fatiga, pérdida de peso, malestar general o fiebre.
Historia familiar de enfermedad inflamatoria intestinal o cáncer colorrectal.
Los hallazgos en la exploración física pueden incluir palidez (por anemia), distensión abdominal, sensibilidad abdominal y signos de malnutrición. La presencia de manifestaciones extraintestinales como artritis, uveítis o lesiones cutáneas (eritema nodoso o pioderma gangrenoso) también puede sugerir la presencia de colitis ulcerosa.Las pruebas de laboratorio incluyen un hemograma completo para detectar anemia, marcadores inflamatorios (PCR, VSG), niveles de electrolitos y pruebas de función hepática y renal. La calprotectina fecal es un marcador útil para detectar inflamación intestinal y diferenciar la colitis ulcerosa del síndrome del intestino irritable.
El diagnóstico definitivo se confirma mediante colonoscopia con biopsias, que muestra inflamación continua del colon, habitualmente comenzando en el recto y extendiéndose de forma proximal. En las biopsias se observan cambios histológicos típicos como distorsión de las criptas y abscesos criptales.
Diagnóstico Diferencial
La colitis ulcerosa debe diferenciarse de otras condiciones que presentan síntomas similares. Entre los diagnósticos diferenciales se incluyen:
Enfermedad de Crohn: a diferencia de la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal y la inflamación es discontinua y transmural (afecta todas las capas del intestino).
Colitis infecciosa: causada por infecciones bacterianas o virales que pueden producir diarrea sanguinolenta. Se descarta mediante análisis de cultivos y pruebas para toxinas como Clostridioides difficile.
Colitis por Clostridioides difficile: una infección asociada al uso de antibióticos que provoca colitis pseudomembranosa, caracterizada por inflamación severa del colon.
Colitis microscópica: afecta principalmente a personas mayores y causa diarrea acuosa crónica sin sangrado visible. Se diagnostica mediante biopsia del colon que revela inflamación microscópica.
Isquemia intestinal: ocurre cuando hay una disminución del flujo sanguíneo al intestino, causando dolor abdominal repentino y diarrea sanguinolenta.
Síndrome del intestino irritable (SII): aunque puede causar síntomas similares, como dolor abdominal y alteraciones en el hábito intestinal, el SII no causa inflamación intestinal ni diarrea con sangre.
Diverticulitis: inflamación de los divertículos en el colon, que puede causar dolor abdominal y fiebre, pero generalmente no produce diarrea con sangre.
Cáncer colorrectal: puede presentar síntomas como sangrado rectal, cambios en el hábito intestinal y pérdida de peso. La colonoscopia y las biopsias son fundamentales para diferenciarlo de la colitis ulcerosa.
Definición
La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria crónica del tracto gastrointestinal, que se caracteriza por inflamación difusa, continua y superficial de la mucosa del intestino grueso (colon y recto). A diferencia de la enfermedad de Crohn, que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal y todas las capas de la pared intestinal, la colitis ulcerosa está limitada al colon y afecta principalmente la mucosa.
Generalmente, la inflamación comienza en el recto y se extiende proximalmente, afectando una longitud variable del colon.La colitis ulcerosa tiene un curso de exacerbaciones y remisiones, lo que significa que los pacientes pueden experimentar periodos de actividad de la enfermedad (brotes) seguidos de periodos asintomáticos (remisión). Aunque la causa exacta de la colitis ulcerosa no se conoce con precisión, se cree que es una enfermedad mediada por el sistema inmunológico en la cual factores genéticos y ambientales, como alteraciones en el microbioma intestinal, juegan un papel importante.
Se asocia con una respuesta inflamatoria anormal que daña la barrera epitelial del intestino, lo que resulta en inflamación crónica.Entre las complicaciones de la colitis ulcerosa se encuentran el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, especialmente en pacientes con enfermedad de larga duración o con pancolitis (involucramiento de todo el colon), y otras complicaciones como megacolon tóxico, obstrucción intestinal, anemia y desnutrición. Además, la enfermedad puede tener manifestaciones extraintestinales, que incluyen artritis, uveítis, eritema nodoso y pioderma gangrenoso.
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