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Colitis isquémica

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 11 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La colitis isquémica es la forma más común de isquemia intestinal, representando entre el 60-70% de los casos[4]. Se produce cuando hay una reducción o bloqueo del flujo sanguíneo al colon, lo que puede provocar daños en el revestimiento interior y las capas más profundas de la pared intestinal[1][3]. Esta condición afecta principalmente a personas mayores de 60 años y está asociada con diversos factores de riesgo, incluyendo enfermedades cardiovasculares y trastornos de coagulación[1][2].


Síntomas


Los síntomas más característicos de la colitis isquémica incluyen:


  • Dolor abdominal cólico, generalmente en el cuadrante inferior izquierdo[1][7]

  • Urgencia defecatoria[7]

  • Diarrea con sangre (hematoquecia)[1][3]

  • Náuseas y vómitos[3]

  • Fiebre leve (generalmente inferior a 37,7°C)[1]


La tríada clásica de dolor abdominal cólico, urgencia defecatoria y rectorragia está presente en más del 70% de los casos y es clave para orientar el diagnóstico[7].


Signos clínicos


Durante la exploración física, se pueden observar los siguientes signos:


  • Hipersensibilidad abdominal leve sobre el área afectada[7]

  • Distensión abdominal en casos más graves[7]

  • Signos de peritonitis en formas severas con extensión transmural de la isquemia[7]

  • Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) en casos avanzados[7]


Exploración


La exploración física debe incluir:


  • Palpación abdominal para evaluar dolor y sensibilidad[1]

  • Evaluación de signos vitales, incluyendo temperatura corporal[1]

  • Examen rectal para detectar sangre en las heces[3]


Pruebas diagnósticas


Para confirmar el diagnóstico y descartar otras patologías, se recomiendan las siguientes pruebas:


  1. Tomografía computarizada (TC) abdominal: Proporciona imágenes detalladas del colon y ayuda a descartar otros trastornos[5][8]

  2. Colonoscopia: Permite visualizar directamente la mucosa colónica y es esencial para el diagnóstico definitivo[1][5]

  3. Análisis de laboratorio: Incluyen hemograma completo, panel metabólico y pruebas de coagulación[3]

  4. Análisis de heces: Para descartar infecciones como causa de los síntomas[5][8]

  5. Angiografía por TC: Puede ser útil para identificar la causa y localización de la isquemia[6]


Manejo de emergencias


El tratamiento inicial en el servicio de urgencias debe incluir:


  1. Hospitalización del paciente[1][3]

  2. Reposo intestinal: Suspensión de la ingesta oral durante los primeros días[1][3]

  3. Hidratación intravenosa: Para corregir desequilibrios hidroelectrolíticos[1][3][6]

  4. Antibioterapia: Para prevenir infecciones secundarias[3][6]

  5. Monitorización estrecha de signos vitales y función renal[3]

  6. Tratamiento de enfermedades subyacentes (ej. insuficiencia cardiaca, arritmias)[5]

  7. Suspensión de medicamentos que puedan exacerbar la isquemia (ej. vasoconstrictores)[5]

  8. En casos graves con signos de peritonitis o deterioro clínico, se debe considerar la intervención quirúrgica urgente[2]


La mayoría de los pacientes con colitis isquémica leve a moderado mejoran con tratamiento conservador en 1-2 semanas[1]. Sin embargo, es crucial mantener una vigilancia estrecha para detectar complicaciones como perforación o necrosis que requieran cirugía inmediata[2].


El reconocimiento temprano de los factores de riesgo y la presentación clínica característica, junto con un abordaje diagnóstico y terapéutico adecuado, son fundamentales para optimizar el pronóstico de los pacientes con colitis isquémica[6].


Citas


 
 
 

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