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Coagulación Intravascular Diseminada - CID

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La Coagulación Intravascular Diseminada (CID) es un trastorno grave caracterizado por la activación anormal y excesiva de los mecanismos de coagulación sanguínea. Este proceso patológico puede llevar a la formación de múltiples cóágulos en la microvasculatura y, paradójicamente, a un estado de hipocoagulabilidad debido al consumo de factores de coagulación y plaquetas[1][2].


Síntomas


Los síntomas de la CID pueden variar dependiendo de la gravedad y la velocidad de instalación del cuadro. En casos leves a moderados, los pacientes pueden presentar:


  • Hemorragia en zonas de venopunción

  • Petequias

  • Hematomas

  • Púrpura


En casos severos, se pueden observar:


  • Hemorragias graves en diversos órganos (pulmonar, sistema nervioso central, gastrointestinal)

  • Sangrado en lechos quirúrgicos

  • Dificultad respiratoria

  • Confusión o cambios en el comportamiento[4][6]


Signos clínicos


Los signos clínicos de la CID reflejan tanto los fenómenos trombóticos como hemorrágicos:


  • Sangrado espontáneo o excesivo tras lesiones menores

  • Ictericia debida a la hemólisis microangiopática.

  • Signos de fallo orgánico múltiple (insuficiencia renal, hepática, respiratoria)

  • Choque

  • Cianosis o necrosis de extremidades debido a la obstrucción microvascular[1][4]


Exploración


Durante la exploración física, el médico debe estar atento a:


  • Signos vitales (taquicardia, hipotensión)

  • Evaluación de la piel en busca de petequias, equimosis o hematomas.

  • Examen neurológico para detectar alteraciones del estado mental.

  • Exploración abdominal para evaluar hepatoesplenomegalia

  • Auscultación cardiopulmonar para identificar signos de insuficiencia cardíaca o síndrome de dificultad respiratoria[2][6]


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de la CID se basa en la combinación de resultados clínicos y de laboratorio. Las pruebas más relevantes incluyen:


  • Recuento plaquetario (generalmente disminuido)

  • Tiempo de protrombina (TP) y tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPa) alargados

  • Fibrinógeno disminuido

  • Dimero D elevado

  • Productos de degradación de la fibrina (PDF) aumentados

  • Frotis de sangre periférica (para detectar esquistocitos)

  • Niveles de factores de coagulación, especialmente factor V y VIII[1][4][5]


Se puede utilizar un sistema de puntuación diagnóstica, como el propuesto por la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia, que considera plaquetas, fibrinógeno, TP y dímero D o PDF[4].


Manejo de emergencias


El manejo del CID en emergencias es crucial y debe enfocarse en:


  1. Tratamiento de la causa subyacente (p. ej., sepsis, trauma, cáncer)

  2. Soporte hemodinámico y respiratorio

  3. Reposición de componentes sanguíneos:


    • Plasma fresco congelado para reponer factores de coagulación.

    • Concentrados de plaquetas si hay trombocitopenia severa

    • Crioprecipitado si el fibrinógeno está muy bajo


  4. Anticoagulación con heparina en casos seleccionados, especialmente en CID de evolución lenta con predominio de fenómenos trombóticos.

  5. Monitorización estrecha de parámetros de coagulación y función orgánica.

  6. Manejo de complicaciones específicas (p. ej., hemorragia cerebral, insuficiencia renal)[1][2][5]


Es fundamental recordar que la CID es siempre secundaria a otra patología, por lo que el tratamiento de la causa subyacente es esencial para la resolución del cuadro. El pronóstico depende en gran medida de la rapidez del diagnóstico, la gravedad de la condición precipitante y la prontitud del tratamiento instalado[2][6].


Citas:


 
 
 

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