Coagulación Intravascular Diseminada - CID
- EmergenciasUNO

- 27 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La Coagulación Intravascular Diseminada (CID) es un trastorno grave caracterizado por la activación anormal y excesiva de los mecanismos de coagulación sanguínea. Este proceso patológico puede llevar a la formación de múltiples cóágulos en la microvasculatura y, paradójicamente, a un estado de hipocoagulabilidad debido al consumo de factores de coagulación y plaquetas[1][2].
Síntomas
Los síntomas de la CID pueden variar dependiendo de la gravedad y la velocidad de instalación del cuadro. En casos leves a moderados, los pacientes pueden presentar:
Hemorragia en zonas de venopunción
Petequias
Hematomas
Púrpura
En casos severos, se pueden observar:
Hemorragias graves en diversos órganos (pulmonar, sistema nervioso central, gastrointestinal)
Sangrado en lechos quirúrgicos
Dificultad respiratoria
Confusión o cambios en el comportamiento[4][6]
Signos clínicos
Los signos clínicos de la CID reflejan tanto los fenómenos trombóticos como hemorrágicos:
Sangrado espontáneo o excesivo tras lesiones menores
Ictericia debida a la hemólisis microangiopática.
Signos de fallo orgánico múltiple (insuficiencia renal, hepática, respiratoria)
Choque
Cianosis o necrosis de extremidades debido a la obstrucción microvascular[1][4]
Exploración
Durante la exploración física, el médico debe estar atento a:
Signos vitales (taquicardia, hipotensión)
Evaluación de la piel en busca de petequias, equimosis o hematomas.
Examen neurológico para detectar alteraciones del estado mental.
Exploración abdominal para evaluar hepatoesplenomegalia
Auscultación cardiopulmonar para identificar signos de insuficiencia cardíaca o síndrome de dificultad respiratoria[2][6]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la CID se basa en la combinación de resultados clínicos y de laboratorio. Las pruebas más relevantes incluyen:
Recuento plaquetario (generalmente disminuido)
Tiempo de protrombina (TP) y tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPa) alargados
Fibrinógeno disminuido
Dimero D elevado
Productos de degradación de la fibrina (PDF) aumentados
Frotis de sangre periférica (para detectar esquistocitos)
Niveles de factores de coagulación, especialmente factor V y VIII[1][4][5]
Se puede utilizar un sistema de puntuación diagnóstica, como el propuesto por la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia, que considera plaquetas, fibrinógeno, TP y dímero D o PDF[4].
Manejo de emergencias
El manejo del CID en emergencias es crucial y debe enfocarse en:
Tratamiento de la causa subyacente (p. ej., sepsis, trauma, cáncer)
Soporte hemodinámico y respiratorio
Reposición de componentes sanguíneos:
Plasma fresco congelado para reponer factores de coagulación.
Concentrados de plaquetas si hay trombocitopenia severa
Crioprecipitado si el fibrinógeno está muy bajo
Anticoagulación con heparina en casos seleccionados, especialmente en CID de evolución lenta con predominio de fenómenos trombóticos.
Monitorización estrecha de parámetros de coagulación y función orgánica.
Manejo de complicaciones específicas (p. ej., hemorragia cerebral, insuficiencia renal)[1][2][5]
Es fundamental recordar que la CID es siempre secundaria a otra patología, por lo que el tratamiento de la causa subyacente es esencial para la resolución del cuadro. El pronóstico depende en gran medida de la rapidez del diagnóstico, la gravedad de la condición precipitante y la prontitud del tratamiento instalado[2][6].
Citas:
[3]https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-de-la-sangre/trastornos-hemorrágicos-debidos-a-trastornos-de-la-coagulación/coagulación-intravascular-diseminada-cid
[4]https://manualclinico.hospitaluvrocio.es/urgencias-de-pediatria/hematologia-urgencias-de-pediatria/coagulacion-intravascular-diseminada/

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