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Cese del tabaquismo


MANUAL DE EMERGENCIAS 2024



Manejo del Cese del tabaquismo


El manejo del cese del tabaquismo se basa en un enfoque integral que combina intervenciones farmacológicas y conductuales para ayudar a los fumadores a dejar de fumar y superar los síntomas de abstinencia de nicotina. Las principales estrategias incluyen:


  • Consejería y apoyo conductual:


    • Consejo breve (VBA): Los profesionales de salud deben aprovechar las consultas para preguntar a los pacientes si fuman. Si lo hacen, se les debe ofrecer consejo breve sobre los beneficios de dejar de fumar, proporcionar información escrita y verbal sobre los riesgos del tabaquismo y las opciones para dejar de fumar.


    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a los fumadores a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento asociados con el tabaquismo. Puede incluir técnicas para manejar situaciones de alto riesgo de recaída, como el estrés o la socialización en entornos donde otras personas fuman.


    • Grupos de apoyo: Los grupos de apoyo ofrecen un entorno donde los fumadores pueden compartir experiencias y recibir apoyo emocional durante el proceso de dejar de fumar. Estos programas pueden ser administrados por el NHS o por organizaciones especializadas.


    • Establecimiento de una fecha para dejar de fumar: Se recomienda a los fumadores que elijan una fecha específica para dejar de fumar y que se comprometan a no fumar ni un solo cigarrillo a partir de esa fecha (regla de “ni una calada”).


  • Tratamiento farmacológico:


    • Terapias de reemplazo de nicotina (NRT): Incluyen parches, gomas de mascar, inhaladores, tabletas sublinguales, sprays orales y pastillas. Estas ayudan a reducir los síntomas de abstinencia de nicotina. La combinación de un parche de acción prolongada con una forma de acción rápida (como un chicle o spray) ha demostrado ser la más efectiva. Es importante explicar al paciente cómo usar correctamente cada forma de NRT.


    • Vareniclina: Es un agonista parcial de los receptores nicotínicos que ayuda a reducir los antojos y los efectos placenteros del tabaquismo. Sin embargo, actualmente está indisponible en muchas regiones debido a problemas de suministro.


    • Bupropión: Este fármaco actúa como inhibidor de la recaptación de dopamina y noradrenalina, ayudando a reducir los síntomas de abstinencia. Se debe comenzar mientras el paciente aún fuma y se fija una fecha de abandono entre 7 y 14 días después del inicio del tratamiento.


  • Uso de cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos):


    • Aunque los e-cigarrillos no están oficialmente recomendados como la primera opción, algunos fumadores encuentran útiles estos dispositivos para dejar de fumar. Si una persona opta por usarlos, debe recibir apoyo y ser remitida a un servicio especializado para maximizar sus posibilidades de éxito.


    • Se debe informar al paciente que los e-cigarrillos son probablemente menos dañinos que fumar tabaco, aunque los efectos a largo plazo aún no están completamente comprendidos.


  • Reducción de daños:Para aquellos que no están listos para dejar de fumar completamente, se puede ofrecer una estrategia de reducción de daños, que incluye:


    • Dejar de fumar pero continuar usando NRT: Esta opción ayuda a quienes no pueden abandonar de inmediato todos los productos de nicotina.


    • Reducir gradualmente la cantidad de cigarrillos fumados, con o sin NRT.


    • Abstinencia temporal de fumar, por ejemplo, en lugares de trabajo o situaciones sociales, con o sin NRT.


    • Uso prolongado de NRT para prevenir recaídas.


  • Seguimiento y monitoreo:


    • Se debe realizar una revisión inicial dos semanas después de que la persona deje de fumar. A las cuatro semanas, se mide el nivel de monóxido de carbono (CO) exhalado, siendo un nivel de 10 ppm o menos indicativo de un no fumador. A partir de este momento, el seguimiento debe ajustarse según el juicio clínico, pero se recomienda monitorear a los pacientes durante los primeros meses críticos.


Diagnóstico


El diagnóstico del fumador implica evaluar la conducta de consumo de tabaco, el nivel de dependencia a la nicotina y los intentos previos para dejar de fumar. Esto permite individualizar las estrategias de tratamiento y apoyo.


  • Evaluación de la dependencia a la nicotina:La dependencia a la nicotina se puede medir utilizando el test de Fagerström, que evalúa:


    • Número de cigarrillos fumados por día: Un fumador que consume más de 31 cigarrillos diarios tiene una dependencia alta.


    • Tiempo hasta el primer cigarrillo después de despertar: Fumar dentro de los 5 minutos después de despertar es un fuerte indicador de alta dependencia (3 puntos).


  • Historia de intentos previos para dejar de fumar:Es importante preguntar sobre intentos previos para dejar de fumar, el éxito de esos intentos y si se usaron tratamientos farmacológicos o apoyo conductual. También se debe explorar si el paciente experimentó síntomas severos de abstinencia, lo que podría requerir un apoyo más intensivo en futuros intentos.


  • Grupos de riesgo:Algunos grupos de personas son más vulnerables a los efectos negativos del tabaquismo y deben ser priorizados para recibir apoyo intensivo, incluyendo:


    • Personas con problemas de salud mental, ya que tienen tasas de tabaquismo más altas.


    • Personas con enfermedades exacerbadas por fumar, como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad cardiovascular o diabetes.


    • Mujeres embarazadas o lactantes, quienes requieren especial atención para proteger la salud del feto o bebé.


  • Evaluación de los niveles de monóxido de carbono (CO):Medir los niveles de CO en el aliento exhalado puede ser útil para evaluar la exposición reciente al tabaco. Un nivel de 10 ppm o menos indica que la persona no ha fumado recientemente.


Diagnóstico Diferencial


En el proceso de diagnóstico y manejo del tabaquismo, es fundamental descartar o identificar condiciones relacionadas o que puedan influir en el éxito de la cesación. Entre los diagnósticos diferenciales, se incluyen:


  • Trastornos mentales:La ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales pueden coexistir con el tabaquismo, dificultando el proceso de dejar de fumar. Estos trastornos también pueden aumentar el riesgo de recaída, por lo que es crucial tratarlos de manera concomitante.


  • Condiciones médicas relacionadas con el tabaquismo:Muchas enfermedades están directamente relacionadas con el tabaquismo, como:


    • Enfermedades respiratorias crónicas (por ejemplo, EPOC y asma).

    • Enfermedades cardiovasculares (infartos, accidentes cerebrovasculares).

    • Cánceres relacionados con el tabaco, como el cáncer de pulmón, boca, garganta, vejiga y riñón.


  • Abuso de sustancias:Las personas con historial de abuso de sustancias, especialmente alcohol o drogas, pueden tener más dificultades para dejar de fumar y, por lo tanto, necesitan un enfoque más integral que incluya intervenciones para ambos problemas.


Definición


El cese del tabaquismo se refiere a las intervenciones y actividades diseñadas para ayudar a las personas que fuman a dejar de hacerlo, con el objetivo de mejorar su salud y reducir los riesgos asociados al tabaquismo. Fumar es una de las principales causas de muerte prematura y enfermedades prevenibles a nivel mundial. Los riesgos asociados incluyen enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias crónicas y complicaciones durante el embarazo.


Dejar de fumar es el paso más importante que una persona puede tomar para mejorar su salud y longevidad. Las estrategias efectivas incluyen el uso de terapias farmacológicas, como NRT, vareniclina o bupropión, y el apoyo conductual, que puede ser individual o grupal. La combinación de estos enfoques ha demostrado ser la forma más efectiva de ayudar a las personas a dejar de fumar, mejorando significativamente sus tasas de éxito.

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