MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La celulitis es una infección bacteriana que afecta la dermis profunda y el tejido celular subcutáneo, principalmente en las extremidades[1][4]. Esta condición representa una causa importante de morbilidad y hospitalización, con una incidencia estimada de 200 casos por cada 100.000 personas al año[6].
Síntomas
Los síntomas de la celulitis incluyen:
Dolor y sensibilidad en el área afectada[8]
Fiebre con escalofríos y sudoración[5]
Fatiga[5]
Náuseas y vómitos[5]
Dolores musculares y rigidez articular[5]
En casos más graves, pueden presentarse síntomas como temblores, mareos, aturdimiento y sudoración excesiva[8].
Signos clínicos
Los signos clínicos característicos de la celulitis son:
Eritema que se propaga rápidamente[7]
Edema o inflamación de la piel[3][8]
Piel caliente al tacto en la zona afectada[3][5]
Apariencia de la piel tensa, brillante y estirada[5][8]
Posible presencia de ampollas o estrías rojas en casos avanzados[5][8]
Es importante destacar que la celulitis se diferencia de la erisipela por la ausencia de límites marcados[2].
Exploración
Durante la exploración física, el médico puede observar:
Enrojecimiento, calor, sensibilidad e irritación de la piel[5]
Posible salida de líquido si hay acumulación de pus (absceso)[5]
Glándulas inflamadas (nódulos linfáticos) cerca de la zona afectada[5]
El médico puede demarcar los bordes del rojecimiento con un bolígrafo para monitorear la progresión de la infección[5].
Pruebas diagnósticas
Aunque el diagnóstico de la celulitis es principalmente clínico, se pueden realizar las siguientes pruebas:
Hemocultivo[5]
Conteo sanguíneo completo (CSC)[5]
Cultivo de cualquier líquido o material dentro de la zona afectada[5]
En casos de sospecha de fascitis necrotizante, se puede realizar una radiografía de la extremidad[1]
Ecografía si se sospecha de trombosis venosa profunda o absceso[1]
En casos graves o con sospecha de fascitis necrotizante, se pueden solicitar pruebas adicionales como creatina-cinasa (CK), gases sanguíneos venosos, lactato, enzimas hepáticas, pruebas de coagulación y fibrinógeno[1].
Manejo de emergencias
El manejo de la celulitis en el servicio de emergencias depende de la gravedad del caso:
Evaluación inicial: Se debe determinar la gravedad utilizando criterios como el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) o la escala qSOFA[9].
Antibioticoterapia: El tratamiento principal son los antibióticos sistémicos, ya sea por vía oral o parenteral[6]. Para celulitis no purulenta, se recomienda penicilina o cefalosporinas de primera generación[6].
Manejo de casos graves: Pacientes con celulitis grave (qSOFA ≥2) o signos de sepsis requieren tratamiento antibiótico intravenoso y posible hospitalización[8][9].
Descartar complicaciones: Es crucial descartar infecciones necrotizantes de tejidos blandos, que requieren evaluación quirúrgica inmediata[9].
Seguimiento: Se debe reevaluar al paciente en 48-72 horas para asegurar la respuesta al tratamiento[8].
El manejo efectivo de la celulitis en emergencias requiere una evaluación clínica cuidadosa, la selección apropiada de antibióticos y un seguimiento adecuado para prevenir complicaciones potenciales graves.
Citas
[6] https://www.actasdermo.org/es-actualizacion-el-abordaje-manejo-celulitis-articulo-S0001731018304253
[7] https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-dermatológicos/infecciones-bacterianas-de-la-piel/celulitis
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