MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Las cataratas constituyen una de las principales causas de ceguera reversible en el mundo, caracterizadas por la opacificación del cristalino que afecta la calidad visual. A continuación, se presentan los aspectos claves relacionados con esta condición oftalmológica.
Síntomas
Los síntomas de las cataratas incluyen visión borrosa o nublada, sensibilidad al resplandor y halos alrededor de las luces, dificultad para ver en condiciones de poca luz, pérdida de la intensidad de los colores y cambios frecuentes en la prescripción de gafas. En etapas avanzadas, la pupila puede aparecer gris o blanca. Estos síntomas progresan lentamente y no suelen causar dolor[1][2][10].
Signos clínicos
El signo clínico más característico es la opacificación del cristalino, visible como una pérdida de transparencia en el examen oftalmológico. Según el tipo de catarata (nuclear, subcapsular posterior o cortical), pueden observarse diferentes patrones de opacidad. Por ejemplo, las cataratas nucleares tienden a teñirse de amarillo o marrón, mientras que las subcapsulares pueden formar placas opacas en la superficie posterior del cristalino[1][3].
Exploración
La exploración oftalmológica incluye un examen completo con lámpara de hendidura para evaluar el estado del cristalino y otras estructuras oculares. También se realiza una evaluación del fondo de ojo bajo dilatación pupilar para descartar patologías concomitantes, como degeneración macular o glaucoma[3][4]. La retinoscopia puede mostrar un reflejo atenuado debido a la opacidad del cristalino[1].
Pruebas diagnósticas
Agudeza visual: Evalúa el impacto funcional de la catarata.
Biometría: Utilizada para calcular la potencia de la lente intraocular previa a una cirugía.
Tomografía de coherencia óptica (OCT): Ayuda a evaluar la mácula en casos donde no es visible directamente.
Ultrasonografía modo B: Indicada cuando el fondo no es visible por cataratas densas.
Tonometría: Para descartar glaucoma asociado[1][4][5].
Manejo de emergencias
Aunque las cataratas rara vez constituyen una emergencia médica, pueden surgir complicaciones agudas como glaucoma por cierre angular secundario a inflamación del cristalino. En estos casos, se requiere manejo inmediato para reducir la presión intraocular mediante medicamentos o procedimientos quirúrgicos urgentes.
Durante cirugías complicadas, como desgarros capsulares posteriores con pérdida vítrea, es crucial estabilizar el ojo mediante técnicas específicas y derivar al paciente a un especialista en retina si es necesario[6][7].
Las cataratas son una condición tratable cuya detección temprana y manejo adecuado pueden prevenir complicaciones severas y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.
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