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Bursitis prepatelar


MANUAL DE EMERGENCIAS 2024



Manejo de Bursitis prepatelar


El manejo de la bursitis prepatelar varía dependiendo de si es de origen séptico (infeccioso) o no séptico (inflamatorio):


  1. Bursitis no séptica:


    • Tratamiento conservador: El enfoque inicial es el tratamiento conservador, que incluye reposo, aplicación de hielo (durante 10 minutos varias veces al día), modificación de actividades (evitar posiciones o movimientos que aumenten el estrés en la bursa, como arrodillarse), y uso de analgésicos simples como paracetamol o antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Los AINEs tópicos pueden ser preferidos sobre los orales en casos leves.


    • Aspiración: Si hay un derrame considerable, puede ser necesario aspirar el líquido acumulado en la bursa para aliviar el dolor y mejorar la función. Esto también puede ayudar a prevenir complicaciones.


    • Inyección de corticosteroides: Si la bursitis no responde al tratamiento conservador y se descarta la infección, se puede considerar la inyección de corticosteroides dentro de la bursa para reducir la inflamación.


    • Modificación de actividades: Si la bursitis se debe a un sobreuso o actividad repetitiva, se recomienda modificar las actividades o usar protectores (como rodilleras acolchadas) para prevenir recurrencias.


  2. Bursitis séptica:


    • Aspiración de la bursa: Es fundamental aspirar el líquido de la bursa para confirmar la infección antes de iniciar el tratamiento antibiótico. El líquido se analiza para identificar bacterias y cristales (para descartar gota u otras causas inflamatorias).


    • Tratamiento antibiótico: Una vez confirmado el diagnóstico de bursitis séptica, se inicia tratamiento antibiótico empírico contra Staphylococcus aureus y Streptococcus spp. El antibiótico de elección suele ser flucloxacilina, y en casos de alergia a penicilina se utiliza claritromicina. La duración del tratamiento antibiótico depende de la severidad de la infección, generalmente de 1 a 4 semanas.


    • Monitoreo y revisiones frecuentes: Se recomienda una revisión cada pocos días para evaluar la respuesta al tratamiento. Si los síntomas persisten o empeoran, puede ser necesario repetir la aspiración o ajustar el tratamiento antibiótico.


    • Admisión hospitalaria: Si el paciente tiene una infección severa, signos de sepsis, celulitis extensa, o es inmunocomprometido, puede requerir hospitalización para un tratamiento más intensivo y drenaje quirúrgico.


  3. Manejo de condiciones subyacentes:


    • Si la bursitis está asociada a otras condiciones como gota, artritis reumatoide o celulitis, es crucial optimizar el tratamiento de esas patologías para controlar la bursitis.


    • Los pacientes con enfermedades crónicas como diabetes o aquellos que reciben corticosteroides deben ser monitorizados más de cerca debido al mayor riesgo de complicaciones infecciosas.


  4. Rehabilitación y prevención:


    • Para evitar recurrencias, especialmente en casos de bursitis por sobreuso, es importante educar al paciente sobre la necesidad de modificar actividades laborales o deportivas. Usar rodilleras protectoras o evitar actividades prolongadas que impliquen presión directa sobre las rodillas puede ser beneficioso.


Diagnóstico


El diagnóstico de bursitis prepatelar se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y, en algunos casos, pruebas diagnósticas:


  1. Historia clínica:


    • Se debe preguntar sobre síntomas clásicos como dolor, hinchazón localizada sobre la rótula, enrojecimiento y dificultad para realizar movimientos de flexión de la rodilla o arrodillarse.


    • Indagar sobre actividades que puedan haber predispuesto a la bursitis, como trabajos o deportes que impliquen arrodillarse repetidamente (carpinteros, mineros, jardineros).


    • Preguntar sobre antecedentes de traumatismos directos en la rodilla, ya que las caídas o golpes pueden causar inflamación aguda de la bursa.


    • Evaluar la presencia de fiebre u otros síntomas sistémicos que puedan sugerir una bursitis séptica.


  2. Examen físico:


    • La bursitis prepatelar se presenta con una hinchazón localizada, fluctuante (movible y compresible), que suele ser dolorosa al tacto y puede estar acompañada de enrojecimiento y calor.


    • Movimiento articular: A diferencia de otras afecciones articulares, la bursitis prepatelar generalmente no limita el rango de movimiento de la rodilla, aunque puede causar incomodidad en la flexión completa debido a la compresión de la bursa inflamada.


    • Signos de infección: En los casos de bursitis séptica, se deben buscar signos de infección sistémica como fiebre, taquicardia, o signos locales de infección, como dolor intenso, aumento de la sensibilidad y un área enrojecida y caliente.


  3. Pruebas diagnósticas:


    • Aspiración de la bursa: Es fundamental para diferenciar entre bursitis séptica y no séptica. El líquido se analiza para identificar la presencia de bacterias o cristales de ácido úrico (indicativo de gota). Además, puede aliviar la presión en la bursa y mejorar los síntomas.


    • Imágenes: Las radiografías no son rutinarias pero pueden estar indicadas si se sospecha de fractura o patología ósea subyacente, especialmente en pacientes con trauma reciente o hinchazón rápida y severa.


    • Pruebas de laboratorio: Se pueden realizar análisis de sangre para detectar signos de inflamación o infección, como niveles elevados de proteína C reactiva (PCR) o velocidad de sedimentación globular (VSG). También se puede medir el ácido úrico si se sospecha de gota.


Diagnóstico diferencial


Existen diversas condiciones que pueden simular los síntomas de la bursitis prepatelar, y deben considerarse en el diagnóstico diferencial:


  • Artritis séptica: Infección articular que causa dolor severo y limitación importante del movimiento. Se distingue de la bursitis séptica por la restricción significativa del rango de movimiento de la rodilla.


  • Tendinitis: Inflamación de los tendones que rodean la rodilla, que también puede presentar dolor e hinchazón.


  • Gota y pseudogota: Trastornos por depósito de cristales que pueden afectar la bursa prepatelar o las articulaciones cercanas, causando dolor e inflamación agudos.


  • Celulitis: Infección de los tejidos blandos que puede confundirse con bursitis séptica debido al enrojecimiento y dolor local.


  • Trauma o fracturas: Las fracturas o lesiones de los tendones o ligamentos de la rodilla pueden causar hinchazón y dolor similares.


Definición


La bursitis prepatelar es la inflamación de la bursa prepatelar, un saco lleno de líquido que se encuentra entre la piel y la parte anterior de la rótula. Esta bursa actúa como un amortiguador que reduce la fricción durante el movimiento de la rodilla.


Cuando se irrita, ya sea por trauma, sobreuso o infección, se inflama y provoca hinchazón, dolor y, en algunos casos, limitación funcional. La bursitis prepatelar puede clasificarse como séptica, cuando está causada por una infección, o no séptica, generalmente asociada a traumatismos o uso excesivo.

 
 
 

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