MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Los bultos dolorosos vulvares son una condición ginecológica común que puede tener diversas etiologías. Este artículo académico explora los aspectos clave de esta patología, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, métodos de exploración, pruebas diagnósticas y manejo en situaciones de emergencia.
Síntomas
Los síntomas de los bultos dolorosos vulvares pueden variar dependiendo de la causa subyacente, pero generalmente incluyen:
Dolor o molestia en la región vulvar, que puede intensificarse durante la actividad sexual o al caminar[1].
Sensación de presión o masa cerca de la abertura vaginal[1].
Incomodidad al sentarse[1].
En casos de infección, puede presentarse fiebre[1].
Dolor cíclico que se exacerba antes y durante los períodos menstruales, especialmente en casos de endometriomas vulvares[2].
Es importante notar que la intensidad de los síntomas puede variar desde una leve molestia hasta un dolor intenso, dependiendo de factores como el tamaño del bulto y la presencia de infección.
Signos clínicos
Los signos clínicos observables en casos de bultos dolorosos vulvares incluyen:
Presencia de una masa palpable cerca de la abertura vaginal[1].
Enrojecimiento e inflamación de la zona afectada[1].
En el caso de quistes de Bartolino infectados, se puede observar un absceso[1].
Los endometriomas vulvares pueden presentar una coloración azulada y ser blandos al tacto[2].
Secreción vaginal anormal en casos de infección[3].
Exploración
La exploración de los bultos dolorosos vulvares implica:
Examen pélvico completo para evaluar la localización, tamaño y características del bulto[3].
Palpación cuidadosa de la zona para determinar la consistencia y sensibilidad del bulto[1].
Inspección visual de la vulva y la vagina para identificar signos de inflamación o infección[3].
En algunos casos, puede ser necesaria una vaginoscopia utilizando un colposcopio para una visualización más detallada[4].
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas para evaluar los bultos dolorosos vulvares pueden incluir:
Prueba de Papanicolaou para descartar anomalías celulares[4].
Biopsia del tejido afectado para determinar la naturaleza del bulto y descartar malignidad[3][4].
Cultivos bacterianos en caso de sospecha de infección[3].
Colposcopia para una evaluación más detallada de la vulva y la vagina[4].
En mujeres mayores de 40 años, se recomienda la extirpación quirúrgica del quiste para análisis histológico[3].
Manejo de emergencias
El manejo de emergencia de los bultos dolorosos vulvares depende de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas:
Para quistes de Bartolino dolorosos o abscesos, se puede realizar un drenaje mediante incisión y colocación de un catéter de Word[3].
En casos de abscesos grandes o dolorosos, puede ser necesaria la marsupialización quirúrgica[3].
Se pueden prescribir antibióticos en casos de infección confirmada o sospechada[3].
Para el alivio del dolor, se recomiendan baños de asiento con agua tibia y analgésicos orales[1][3].
En casos de endometriomas vulvares sintomáticos, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica[2].
Es crucial realizar un diagnóstico diferencial adecuado, ya que los bultos vulvares pueden ser indicativos de diversas condiciones, desde benignas hasta potencialmente malignas. El manejo adecuado y oportuno es esencial para prevenir complicaciones y asegurar el bienestar del paciente.
Citas
[3] https://www.msdmanuals.com/es/hogar/salud-femenina/otras-alteraciones-ginecológicas/quiste-en-la-glándula-de-bartolino-y-absceso-en-la-glándula-de-bartolino
[4] https://www.cancer.org/es/cancer/tipos/cancer-de-vagina/deteccion-diagnostico-clasificacion-por-etapas/como-se-diagnostica.html
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