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Blefaritis

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La blefaritis es una afección inflamatoria crónica que afecta los párpados, caracterizada por la inflamación del borde palpebral. Esta condición es común y puede presentarse en personas de todas las edades y grupos étnicos[3]. A continuación, se presenta una revisión detallada de los aspectos más relevantes de esta patología.


Síntomas


Los pacientes con blefaritis suelen experimentar una variedad de síntomas que pueden afectar significativamente su calidad de vida. Estos incluyen:


  • Prurito y ardor en los bordes palpebrales

  • Sensación de cuerpo extraño

  • Lagrimeo excesivo

  • Fotofobia

  • Visión borrosa

  • Enrojecimiento e irritación de los párpados

  • Formación de costras o escamas en la base de las pestañas

  • Pestañas pegadas al despertar

  • Orzuelos recurrentes[1][4]


Es importante destacar que la intensidad de los síntomas puede variar a lo largo del día, siendo generalmente más pronunciados por la mañana[1].


Signos


La exploración física revela varios signos característicos de la blefaritis:


  • Eritema y edema del borde palpebral

  • Hiperemia conjuntival

  • Escamas o costras adheridas a la base de las pestañas

  • Madarosis (pérdida de pestañas) en casos crónicos

  • Alteraciones en la dirección del crecimiento de las pestañas (triquiasis)

  • Dilatación y taponamiento de los orificios de las glándulas de Meibomio.

  • Secreción anormal de las glándulas de Meibomio (en blefaritis posterior)[1][2]


Exploración


La evaluación clínica de la blefaritis incluye:


  1. Examen con lámpara de hendidura: Permite una visualización detallada de los párpados, pestañas y conjuntiva.

  2. Evaluación de la película lagrimal: Para detectar posible queratoconjuntivitis seca asociada.

  3. Expresión de las glándulas de Meibomio: Para evaluar la calidad y cantidad de la secreción.

  4. Examen del margen palpebral: Para identificar irregularidades, ulceraciones o cicatrices[2][6].


Pruebas Diagnósticas


Aunque el diagnóstico de la blefaritis es principalmente clínico, en algunos casos pueden ser necesarias pruebas adicionales:


  1. Cultivo bacteriano: Se realiza un hisopado del borde palpebral para identificar posibles patógenos y su sensibilidad antibiótica.

  2. Biopsia: En casos atípicos o unilaterales persistentes, para descartar malignidad.

  3. Test de Schirmer: Para evaluar la producción lagrimal en casos de sospecha de ojo seco asociado[2][7].


Manejo de emergencias


Aunque la blefaritis rara vez constituye una emergencia médica, pueden presentar complicaciones que requieran atención inmediata:


  1. Evaluación rápida de los síntomas y signos.

  2. Descartar complicaciones como queratitis o ulceración corneal.

  3. Iniciar tratamiento sintomático:


    • Compresas calientes y limpieza palpebral

    • Lubricantes oculares sin conservantes

    • Antibióticos tópicos en caso de infección bacteriana evidente


  4. Educar al paciente sobre la naturaleza crónica de la condición y la importancia del cuidado a largo plazo.

  5. Programar seguimiento con oftalmología para manejo a largo plazo[1][4].


La blefaritis es una condición crónica que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con un manejo adecuado, puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes afectados.


Es fundamental educar a los pacientes sobre la naturaleza recurrente de la condición y la importancia del cuidado continuo de los párpados para prevenir exacerbaciones y complicaciones.


Citas




 
 
 

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