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Barotrauma

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El barotrauma es una lesión tisular causada por cambios en la presión atmosférica o del agua que afecta principalmente a estructuras corporales que contienen aire. Este fenómeno ocurre comúnmente durante actividades como el buceo, vuelos en avión, o exposición a explosiones[1][2]. El órgano más frecuentemente afectado es el oído medio, aunque también puede involucrar los pulmones, senos paranasales y tracto gastrointestinal[3].


Síntomas


Los síntomas del barotrauma varían según la estructura afectada, pero generalmente incluyen:


  • Dolor o molestia en el oído

  • Sensación de presión o taponamiento

  • Hipoacusia de leve a moderada

  • Tinnitus (acúfenos)

  • Vértigo

  • Náuseas y vómitos (en casos severos)

  • Disnea (en barotrauma pulmonar)

  • Dolor facial o epistaxis (en barotrauma sinusal)[1][3][4]


La intensidad de los síntomas suele correlacionarse con la severidad del barotrauma, pudiendo variar desde una leve molestia hasta dolor intenso e incapacitante[4].


Signos clínicos


Los signos clínicos observables en el barotrauma incluyen:


  • Hiperemia y retracción de la membrana timpánica

  • Presencia de burbujas o nivel hidroaéreo detrás de la membrana timpánica

  • Hemotímpano

  • Perforación timpánica (en casos severos)

  • Otorragia

  • Nistagmo (en casos con afectación vestibular)

  • Signos de dificultad respiratoria (en barotrauma pulmonar)[1][5]


Exploración


La exploración física debe incluir:


  1. Otoscopia: Evaluación de la integridad, color y movilidad de la membrana timpánica. Se puede observar desde una leve hiperemia hasta perforación o hemotímpano[5].

  2. Rinoscopia anterior: Buscar signos de congestión nasal o rinorrea.

  3. Palpación de senos paranasales: Para detectar dolor a la presión.

  4. Auscultación pulmonar: En casos de sospecha de barotrauma pulmonar.

  5. Evaluación neurológica: Incluyendo pruebas vestibulares y de pares craneales[2][5].


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico del barotrauma se basa principalmente en la historia clínica y la exploración física. Sin embargo, algunas pruebas complementarias pueden ser útiles:


  1. Audiometría: Para evaluar el grado y tipo de hipoacusia.

  2. Timpanometría: Permite valorar la presión en el oído medio y la movilidad timpánica.

  3. Radiografía de tórax: En casos de sospecha de barotrauma pulmonar.

  4. Tomografía computarizada: Útil para evaluar senos paranasales y oído medio/interno en casos complejos.

  5. Resonancia magnética: Puede ser necesaria para descartar complicaciones intracraneales en casos severos[3][4].


Manejo en Emergencias


El manejo inicial del barotrauma en el servicio de emergencias debe incluir:


  1. Evaluación rápida de la vía aérea, respiración y circulación.

  2. Administración de oxígeno al 100% en casos de barotrauma pulmonar o sospecha de embolia gaseosa.

  3. Analgesia: Antiinflamatorios no esteroideos o opioides según la intensidad del dolor.

  4. Descongestivos nasales tópicos u orales para mejorar la función de la trompa de Eustaqio.

  5. Corticosteroides tópicos o sistémicos en casos moderados a severos.

  6. Antibióticos profilácticos en casos de perforación timpánica o sospecha de infección secundaria.

  7. Maniobras de Valsalva o deglución para equilibrar presiones (si no hay contraindicaciones).

  8. Evaluación por otorrinolaringología en casos de perforación timpánica, vértigo persistente o sospecha de fístula perilinfática.

  9. Considerar tratamiento en cámara hiperbárica en casos de embolia gaseosa arterial[1][2][5].


El barotrauma es una condición potencialmente grave que requiere un diagnóstico y manejo oportuno. La prevención mediante técnicas de ecualización de presiones y evitar actividades de riesgo durante infecciones respiratorias es fundamental para reducir su incidencia[3][4].


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