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Autolesiones

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



Las autolesiones no suicidas (ANS) constituyen un fenómeno complejo y preocupante, especialmente entre los adolescentes. Se definen como el daño deliberado e intencional del tejido corporal sin intención suicida[2][5]. Este artículo académico abordará los aspectos clave de las ANS, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


Los síntomas de las ANS son principalmente comportamentales y emocionales. Los individuos que se autolesionan suelen experimentar:


  • Sentimientos intensos de angustia emocional

  • Dificultad para regular las emociones

  • Impulsos recurrentes de autolesionarse

  • Sensación de alivio temporal después de la autolesión

  • Culpa o vergüenza posteriores al acto[1][8]


Estos síntomas pueden estar asociados con trastornos de salud mental subyacentes, como depresión o trastorno límite de la personalidad[1].


Signos clínicos


Los signos clínicos de las ANS son principalmente físicos y pueden incluir:


  • Cicatrices, a menudo en patrones repetitivos

  • Heridas frescas o en proceso de curación

  • Quemaduras

  • Hematomas

  • Zonas de piel irritada por frotamiento excesivo[8]


Es común observar estas lesiones en brazos, piernas, abdomen y pecho[8]. Los métodos más frecuentes incluyen cortes, quemaduras, golpes y pinchazos[5].


Exploración


La exploración de las ANS debe ser integral y sensible. Debe incluir:


  1. Evaluación física: Examen detallado de la piel en busca de lesiones recientes o cicatrices[3].

  2. Evaluación psicológica:


    • Indagar sobre acontecimientos precipitantes

    • Explorar la historia de autolesiones

    • Evaluar el estado de ánimo y la presencia de otros síntomas psiquiátricos[3]


  3. Evaluación del riesgo:


    • Determinar la frecuencia y gravedad de las autolesiones

    • Evaluar la presencia de ideación suicida[3][5]


  4. Evaluación social:

    • Explorar el entorno familiar y social

    • Identificar posibles factores estresantes o traumáticos[3]


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de ANS se basa principalmente en la evaluación clínica, ya que no existen pruebas específicas para su diagnóstico[1]. Sin embargo, se pueden utilizar instrumentos de evaluación como:


  • La Cédula de Autolesiones, que evalúa métodos y frecuencia de autolesiones[2]

  • Escalas de evaluación de depresión y ansiedad

  • Evaluaciones de trastornos de la personalidad[1]


Además, se pueden realizar pruebas de laboratorio para descartar condiciones médicas subyacentes o complicaciones de las autolesiones.


Manejo en Emergencias


El manejo de las ANS en servicios de emergencia debe ser integral y multidisciplinario:


  1. Evaluación inicial:


    • Estabilización médica si es necesario

    • Evaluación del riesgo suicida[5]


  2. Tratamiento de lesiones:


    • Atención de heridas, quemaduras o ingestión de cuerpos extraños

    • Prevención de complicaciones como infecciones[5]


  3. Evaluación psiquiátrica:


    • Determinar la necesidad de hospitalización

    • Iniciar tratamiento farmacológico si es necesario[1][5]


  4. Plan de seguridad:


    • Identificar estrategias de afrontamiento alternativas

    • Establecer un plan de seguimiento[4]


  5. Derivación:


    • Referir a servicios de salud mental para tratamiento a largo plazo

    • Considerar terapias específicas como la terapia dialéctico-conductual o cognitivo-conductual[7]


Las ANS representan un desafío significativo que requiere un abordaje integral y compasivo. La identificación temprana, la evaluación exhaustiva y el manejo adecuado son cruciales para prevenir complicaciones y promover la recuperación.


Citas



 
 
 

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