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Asma aguda: manejo

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El asma aguda, también conocida como exacerbación asmática o crisis asmática, es una condición potencialmente grave que requiere una evaluación y manejo rápidos y efectivos. Este artículo aborda los aspectos clave del manejo del asma aguda, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


Los síntomas del asma aguda pueden variar en intensidad y presentación, pero generalmente incluyen:


  • Disnea o dificultad respiratoria progresiva

  • Tos persistente, especialmente nocturna o con el ejercicio

  • Sibilancias audibles al exhalar

  • Opresión torácica

  • Limitación en las actividades diarias debido a los síntomas respiratorios[1][7]


En casos graves, los pacientes pueden experimentar dificultad para hablar, ansiedad intensa y fatiga de los músculos respiratorios[12].


Signos clínicos


Los signos clínicos observables en un paciente con asma aguda incluyen:


  • Taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria)

  • Uso de músculos accesorios de la respiración

  • Retracción de la piel entre las costillas al respirar (tiraje intercostal)

  • Cianosis (coloración azulada de labios y extremidades) en casos severos

  • Disminución del nivel de conciencia en exacerbaciones muy graves[12][13]


Exploración


La exploración física del paciente con asma aguda debe incluir:


  • Evaluación del estado general y nivel de conciencia

  • Medición de signos vitales: frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca, presión arterial y saturación de oxígeno

  • Auscultación pulmonar para detectar sibilancias y evaluar la entrada de aire

  • Observación del patrón respiratorio y uso de músculos accesorios

  • Evaluación de signos de complicaciones como neumotórax o neumomediastino[5][10]


Pruebas diagnósticas


Las pruebas diagnósticas útiles en el manejo del asma aguda incluyen:


  1. Espirometría: Mide el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1) y la capacidad vital forzada (FVC)[10].

  2. Medición del flujo espiratorio máximo (PEF): Proporciona una evaluación rápida de la obstrucción de las vías respiratorias[5].

  3. Gasometría arterial: Evalúa la oxigenación y el equilibrio ácido-base, especialmente en casos graves[5].

  4. Radiografía de tórax: Útil para descartar complicaciones o diagnósticos alternativos[10].

  5. Medición de óxido nítrico exhalado (FeNO): Puede ayudar a evaluar la inflamación de las vías respiratorias[11].


Manejo en Emergencias


El manejo del asma aguda en emergencias se basa en los siguientes principios:


  1. Oxigenoterapia: Administrar oxígeno para mantener una saturación de oxígeno entre 93-95%[5].

  2. Broncodilatadores de acción rápida: Administrar agonistas β2 de acción corta (SABA) como salbutamol mediante inhalador o nebulizador[1][5].

  3. Corticosteroides sistémicos: Iniciar precozmente para reducir la inflamación de las vías respiratorias[7].

  4. Bromuro de ipratropio: Considerar su adición en casos de exacerbaciones graves[5].

  5. Sulfato de magnesio: Puede ser beneficioso en exacerbaciones severas que no responden al tratamiento inicial[5].

  6. Monitorización continua: Evaluar regularmente los signos vitales, la respuesta al tratamiento y la necesidad de escalada terapéutica[10].

  7. Considerar ventilación no invasiva o intubación en casos de insuficiencia respiratoria inminente[5].


El manejo del asma aguda requiere una evaluación rápida y un tratamiento oportuno y escalonado. La identificación temprana de los signos de gravedad y la implementación de un tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones y mejorar los resultados del paciente. Es esencial un enfoque multidisciplinario y una reevaluación continua para optimizar el manejo de esta condición potencialmente mortal.


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