Artritis Reumatoide
- EmergenciasUNO

- 7 jul.
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica que provoca inflamación sinovial persistente, afectando principalmente las pequeñas articulaciones de las manos y los pies.
Se caracteriza por dolor, hinchazón, rigidez matutina prolongada y erosión articular progresiva, lo que puede llevar a deformidades y discapacidad. La AR suele presentarse de forma simétrica y se asocia con manifestaciones sistémicas como fatiga, fiebre leve y afectación extraarticular (pulmones, ojos, piel).
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en signos clínicos de poliartritis simétrica, rigidez matutina de más de una hora y hallazgos en el examen físico como inflamación y sensibilidad articular. Se confirma con pruebas de laboratorio que incluyen la detección de factor reumatoide (FR) y anticuerpos anti-CCP (péptido cíclico citrulinado), presentes en la mayoría de los pacientes con AR.
Es común encontrar marcadores inflamatorios elevados, como la velocidad de sedimentación globular (VSG) y la proteína C reactiva (PCR). Las radiografías pueden mostrar erosiones óseas y disminución del espacio articular en etapas avanzadas.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Características Distintivas |
Osteoartritis | Dolor articular crónico no inflamatorio, sin rigidez prolongada, y sin afectación simétrica de articulaciones pequeñas. |
Lupus eritematoso sistémico | Afectación multisistémica, pruebas serológicas positivas (ANA, anti-ADN), eritema malar. |
Gota | Ataques agudos, cristales de urato en el líquido sinovial, usualmente monoarticular. |
Artritis psoriásica | Asociada a psoriasis, afectación asimétrica, típicamente compromete las articulaciones distales de los dedos. |
Artritis reactiva | Antecedente de infección previa (urinaria o gastrointestinal), asimétrica, afecta principalmente los miembros inferiores. |
Manejo de Emergencia
El tratamiento de emergencia se enfoca en el control del dolor y la inflamación. Se utilizan antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar los síntomas, y en algunos casos, corticosteroides orales o intraarticulares para reducir la inflamación aguda.
Si el paciente experimenta una exacerbación grave, puede requerir hospitalización para ajustar el tratamiento de base. En situaciones de emergencia, se debe evaluar la posibilidad de daño articular severo o afectación sistémica, como complicaciones pulmonares o cardiovasculares, que pueden requerir intervención inmediata.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo de la artritis reumatoide implica el uso de fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs), como metotrexato, leflunomida o sulfasalazina, para frenar la progresión de la enfermedad.

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