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Artritis gonocócica

MANUAL MINORS



La artritis gonocócica es una forma de artritis infecciosa causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que se transmite por vía sexual. Se presenta en dos fases: la primera es una fase de infección diseminada que incluye fiebre, dermatitis y tenosinovitis, y la segunda es una artritis purulenta localizada que afecta una o más articulaciones. Esta enfermedad es más común en adultos jóvenes sexualmente activos, y es una de las formas más frecuentes de artritis séptica en esta población.


Diagnóstico


El diagnóstico se basa en la identificación de una infección gonocócica reciente o actual, junto con la aparición de artritis y otros síntomas sistémicos. En la fase diseminada, los pacientes pueden presentar fiebre, lesiones cutáneas (pústulas o vesículas), tenosinovitis (inflamación de los tendones) y dolor migratorio en varias articulaciones.


En la fase articular purulenta, se observa una artritis aguda, mono o oligoarticular, con derrame y dolor severo. El cultivo de líquido sinovial puede ser negativo, pero se recomienda realizar cultivos de sitios mucosos (cuello uterino, uretra, faringe, recto) y pruebas moleculares (PCR) para detectar N. gonorrhoeae.


Diagnóstico diferencial

Condición

Características Distintivas

Artritis séptica no gonocócica

Fiebre alta, afectación monoarticular, líquido sinovial purulento con bacterias diferentes a N. gonorrhoeae.

Artritis reactiva

Artritis asimétrica postinfecciosa, sin cultivo positivo, asociado a infecciones gastrointestinales o urinarias.

Artritis reumatoide

Poliartritis simétrica, pruebas serológicas positivas (FR, anti-CCP), enfermedad crónica sin relación con infecciones.

Gota

Ataques agudos de monoartritis, presencia de cristales de urato en el líquido sinovial, típicamente en el primer dedo del pie.

Lupus eritematoso sistémico

Afectación multisistémica, pruebas serológicas positivas (ANA, anti-DNA), erupciones cutáneas sin infección bacteriana.

Manejo en Emergencias


El manejo en emergencias de la artritis gonocócica incluye la administración rápida de antibióticos. Se recomienda iniciar tratamiento empírico con ceftriaxona intravenosa (1 g cada 24 horas) mientras se esperan los resultados del cultivo y la PCR. También se debe tratar cualquier coinfección con Chlamydia trachomatis, usando azitromicina (1 g, dosis única). El drenaje articular es importante en casos de artritis purulenta para aliviar el dolor y evitar el daño articular. La inmovilización temporal de la articulación puede ser necesaria.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo implica el uso de antibióticos durante al menos 7 a 14 días, según la respuesta clínica. La ceftriaxona es el fármaco de elección, y puede cambiarse a un antibiótico oral como cefixima si hay mejoría clínica. La pareja sexual del paciente también debe ser evaluada y tratada para prevenir la reinfección. Una vez controlada la infección, es importante la rehabilitación física para restaurar la movilidad y prevenir rigidez articular.

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