MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Anemia por deficiencia de hierro
Tratamiento no farmacológico:
Cambios en la dieta: Se debe aconsejar a las personas que consuman alimentos ricos en hierro, como carnes rojas, vegetales de hoja verde, legumbres, frutas secas (albaricoques, ciruelas pasas), productos fortificados con hierro y pescados. Los alimentos que contienen vitamina C también deben consumirse en conjunto, ya que mejoran la absorción de hierro.
Tratamiento de la causa subyacente: Es fundamental identificar y corregir la causa de la deficiencia de hierro, como pérdida de sangre gastrointestinal (úlceras gástricas, carcinoma), enfermedad inflamatoria intestinal o menorragia. Si se detecta una enfermedad de base como la enfermedad celíaca, debe ser tratada adecuadamente para mejorar la absorción de hierro.
Tratamiento farmacológico:
Suplementos de hierro: El tratamiento estándar para la anemia por deficiencia de hierro incluye el uso de hierro oral en forma de sulfato ferroso (200 mg una vez al día, equivalente a 65 mg de hierro elemental), fumarato ferroso o gluconato ferroso. La suplementación debe continuarse durante al menos 3 meses después de que se hayan corregido los niveles de hierro para asegurar la reposición de las reservas corporales.
Control de la respuesta: Se debe revisar el nivel de hemoglobina (Hb) a las 2-4 semanas de iniciar el tratamiento. Se espera un aumento de al menos 20 g/L en este período. Si la respuesta es insuficiente o no se alcanza el objetivo de tratamiento, se debe investigar la adherencia al tratamiento, posibles intolerancias o buscar causas subyacentes no tratadas, y, de ser necesario, derivar a un especialista.
Intolerancia al hierro oral: Si la persona no tolera bien los suplementos de hierro (por ejemplo, presenta efectos secundarios gastrointestinales como náuseas, dolor abdominal o estreñimiento), se puede reducir la dosis o cambiar la preparación, e incluso prescribir hierro en días alternos. Si la intolerancia persiste, se puede considerar el hierro intravenoso.
Hierro intravenoso:
Puede ser utilizado cuando el tratamiento oral no es tolerado, es ineficaz (falta de respuesta adecuada) o está contraindicado. También es adecuado para personas que requieren una reposición rápida, como las que tienen anemia grave o que están próximas a una intervención quirúrgica.
Derivación:
Se debe derivar urgentemente a un especialista en gastroenterología a personas con deficiencia de hierro que tienen factores de riesgo de cáncer gastrointestinal, como:
Personas mayores de 60 años con anemia por deficiencia de hierro.
Mujeres mayores de 55 años con sangrado posmenopáusico.
Personas con un resultado positivo de prueba inmunoquímica fecal (FIT) de al menos 10 microgramos de hemoglobina por gramo de heces.
También se debe considerar la derivación urgente para personas menores de 50 años con sangrado rectal o síntomas gastrointestinales crónicos, y para mujeres con menorragia persistente que no responde al tratamiento médico.
Diagnóstico
Evaluación clínica:
La evaluación de una persona con anemia por deficiencia de hierro implica tomar una historia clínica completa y un examen físico detallado.
Historia clínica:
Preguntar sobre síntomas clásicos de anemia como fatiga, disnea, mareos y cefaleas.
Identificar cualquier fuente de pérdida de sangre crónica, como sangrado gastrointestinal (melena, hematoquecia) o sangrado menstrual abundante (menorragia).
Investigar antecedentes dietéticos que puedan sugerir una ingesta insuficiente de hierro.
Preguntar por el uso de medicamentos que puedan contribuir a la anemia, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), corticosteroides o inhibidores de la bomba de protones.
Considerar antecedentes familiares de enfermedades hematológicas o gastrointestinales, como cáncer colorrectal, que puedan predisponer a la deficiencia de hierro.
Examen físico:
La exploración puede revelar signos comunes de anemia, como palidez de la piel o las mucosas, y glositis atrófica (inflamación y adelgazamiento de la lengua).
Otros signos pueden incluir:
Taquicardia (si la anemia es grave).
Cambios en las uñas, como koiloniquia (uñas en forma de cuchara).
Queilosis angular, que se manifiesta como ulceraciones en las comisuras de los labios.
Sin embargo, incluso las personas con anemia severa pueden no presentar signos físicos evidentes.
Pruebas de laboratorio:
La prueba inicial para confirmar la anemia por deficiencia de hierro es un hemograma completo (FBC), que mostrará niveles bajos de hemoglobina y un volumen corpuscular medio (MCV) bajo (microcitosis).
El siguiente paso es medir los niveles de ferritina sérica, que son el indicador más fiable de las reservas de hierro del cuerpo.
Un nivel de ferritina menor a 30 microgramos/L confirma la deficiencia de hierro.
Sin embargo, en situaciones de inflamación o infección, los niveles de ferritina pueden estar elevados, por lo que se deben interpretar con cautela.
En el embarazo, la ferritina puede no ser un indicador fiable, especialmente en el segundo y tercer trimestre.
Pruebas adicionales:
Si se sospecha una causa gastrointestinal de pérdida de hierro, como una úlcera o cáncer, se pueden requerir pruebas adicionales, como una endoscopia o colonoscopia.
También se puede investigar la presencia de enfermedad celíaca mediante serología para anticuerpos antitransglutaminasa.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial de la anemia microcítica incluye:
Talasemia: Un trastorno hereditario caracterizado por la disminución en la producción de hemoglobina. Los portadores de talasemia suelen tener un MCV y MCH bajos, pero niveles de hierro normales o elevados.
Anemia de enfermedades crónicas: En el 20% de los casos, esta anemia puede presentarse como microcítica y se asocia con condiciones inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide o la enfermedad renal crónica.
Sideroblástica: Rara, puede ser causada por el alcoholismo o ciertos medicamentos. Se caracteriza por un aumento en los niveles de hierro, a diferencia de la deficiencia de hierro.
Intoxicación por plomo: Rara en adultos, pero puede causar anemia microcítica. Se asocia generalmente con exposición ocupacional.
Definición
La anemia por deficiencia de hierro es un trastorno caracterizado por una disminución en la producción de glóbulos rojos debido a la falta de hierro en el cuerpo. El hierro es esencial para la síntesis de hemoglobina, la proteína que transporta oxígeno en los glóbulos rojos. Sin suficiente hierro, el cuerpo no puede producir una cantidad adecuada de hemoglobina, lo que resulta en una disminución en la capacidad de transporte de oxígeno y, en consecuencia, en anemia.
La deficiencia de hierro es la causa más común de anemia y puede tener diversas etiologías, incluyendo deficiencia dietética, malabsorción, pérdidas crónicas de sangre (como menstruación abundante o sangrado gastrointestinal) o aumento en los requerimientos, como en el embarazo.
La anemia se define de acuerdo a los siguientes valores de hemoglobina (Hb):
Hombres mayores de 15 años: Hb < 130 g/L.
Mujeres no embarazadas mayores de 15 años: Hb < 120 g/L.
Niños de 12 a 14 años: Hb < 120 g/L.
Mujeres embarazadas: Hb < 110 g/L durante todo el embarazo.
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