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Amaurosis fugaz

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La amaurosis fugaz es un trastorno oftalmológico caracterizado por una pérdida transitoria de la visión en uno o ambos ojos. Este fenómeno, que suele durar desde unos segundos hasta varios minutos, es generalmente un signo de problemas vasculares subyacentes y requiere una evaluación médica inmediata debido a su potencial como precursor de eventos cerebrovasculares más graves[1][3].


Síntomas


Los síntomas principales de la amaurosis fugaz incluyen:


  • Pérdida súbita y temporal de la visión en un ojo, que puede durar desde segundos hasta minutos[1][2].

  • Sensación de una “cortina” o sombra que desciende sobre el campo visual[1][4].

  • Oscurecimiento, empañamiento o desenfoque arrepentido de la visión[2].

  • Recuperación espontánea de la visión después del episodio[1][3].


En algunos casos, la amaurosis fugaz puede estar acompañada de otros síntomas como cefaleas, dolor ocular o dolor cervical[2].


Signos clínicos


Los signos clínicos de la amaurosis fugaz pueden ser sutiles ya menudo no son evidentes durante el examen, ya que el episodio suele ser breve. Sin embargo, algunos signos que pueden observarse incluyen:


  • Presencia de un punto brillante en el fondo de ojo, indicativo de un posible cóágulo en la arteria retiniana[1][6].

  • Signos de enfermedad vascular sistémica, como placas ateroscleróticas en las arterias carótidas[3].

  • Evidencia de embolización retiniana, aunque esto es raro de observar directamente[3].


Exploración


La exploración de un paciente con sospecha de amaurosis fugaz debe incluir:


  • Examen oftalmológico completo, incluyendo agudeza visual, campo visual y fundoscopia[2][3].

  • Evaluación neurológica para descartar déficits focales[2].

  • Examen cardiovascular, incluyendo auscultación carotídea[3].

  • Medición de la presión arterial[6].


Pruebas diagnósticas


Las pruebas diagnósticas recomendadas para la evaluación de la amaurosis fugaz incluyen:


  • Angiografía por resonancia magnética de las arterias carótidas[1][6].

  • Ecografía Doppler de las arterias carótidas[2][6].

  • Electrocardiograma para evaluar arritmias cardíacas[1][2].

  • Análisis de sangre, incluyendo perfil lipídico, glucemia, velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva[1][2][3].


  • Ecocardiograma para descartar fuentes cardíacas de émbolos[2][6].


Manejo de emergencias


El manejo de la amaurosis fugaz en el servicio de emergencias debe ser rápido y eficiente:


  1. Evaluación inmediata de los signos vitales y estado neurológico[3].

  2. Realización de un examen oftalmológico básico[3].

  3. Inicio de terapia antiplaquetaria (como aspirina) si no está contraindicada[5].

  4. Solicitud urgente de pruebas de imagen de las arterias carótidas[5].

  5. Consulta con neurología y oftalmología[3][5].

  6. Consideración de ingreso hospitalario para pacientes con alto riesgo de accidente cerebrovascular[5].


La amaurosis fugaz es una condición que requiere una evaluación exhaustiva y un manejo rápido debido a su asociación con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. El enfoque diagnóstico multidisciplinario y el tratamiento oportuno son cruciales para prevenir complicaciones más graves y mejorar el pronóstico del paciente.


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