MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El accidente isquémico transitorio (AIT) es una disfunción neurológica focal causada por isquemia cerebral, espinal o retiniana, sin evidencia de infarto agudo[4]. Aunque normalmente se considera benigno, actualmente se reconoce que incluso una breve isquemia puede causar daño cerebral permanente[4]. El AIT es un importante factor de riesgo para futuros eventos cerebrovasculares, lo que hace imperativa una evaluación y manejo urgentes[4].
Síntomas
Los síntomas de la AIT se desarrollan repentinamente y suelen durar entre 2 y 30 minutos, resolviéndose completamente en menos de 24 horas[1][3]. Los síntomas más comunes incluyen:
Debilidad o parálisis repentina en un lado del cuerpo.
Pérdida súbita de sensibilidad o sensaciones anómalas unilaterales.
Dificultad arrepentida para hablar o entender el lenguaje.
Confusión súbita.
Pérdida arrepentida de visión en uno o ambos ojos.
Mareos o pérdida del equilibrio y coordinación[1][7]
Signos clínicos
Los signos clínicos del AIT son similares a los de un accidente cerebrovascular isquémico, pero son transitorios y reversibles[1]. Pueden incluir:
Hemiparesia facial o corporal
Hemianestesia
Disartria
Afasia
Alteraciones visuales
Ataxia[1][3]
Exploración
La exploración física y neurológica es fundamental y debe incluir:
Evaluación de la fuerza muscular y sensibilidad.
Examen de los pares craneales
Valoración del habla y lenguaje
Pruebas de coordinación y equilibrio
Auscultación carotídea para detectar soplos
Examen del fondo del ojo[5]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la AIT se basa principalmente en la historia clínica y el examen físico. Sin embargo, se recomiendan las siguientes pruebas para descartar otras patologías y determinar la etiología:
Neuroimagen:
Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) cerebral.
RM con técnica de difusión para detectar isquemia aguda.
Angiografía por TC o RM para evaluar la vasculatura cerebral[3][5]
Estudios vasculares:
Ecografía Doppler carotídea
Angiografía cerebral en casos seleccionados[1][5]
Evaluación cardíaca:
Electrocardiograma (ECG)
Ecocardiografía
Monitoreo cardíaco prolongado para detectar arritmias[1][5]
Análisis de laboratorio:
Hemograma completo
Perfil lipídico
Glucemia
Pruebas de coagulación[1][5]
Manejo de emergencias
El manejo del AIT en el servicio de emergencias debe ser rápido y enfocado en prevenir un accidente cerebrovascular inminente:
Evaluación inmediata de los síntomas y signos neurológicos[5].
Realización de neuroimagen urgente, preferiblemente RM con difusión[3].
Inicio de terapia antiagregante plaquetaria, generalmente con aspirina, a menos que esté contraindicada[5][6].
Evaluación del riesgo de accidente cerebrovascular utilizando escalas como ABCD2[2].
Consideración de hospitalización para pacientes de alto riesgo o con evaluación incompleta[5].
Inicio de estatinas en pacientes con aterosclerosis[6].
Control de factores de riesgo vascular, incluyendo hipertensión, diabetes y dislipidemia[5][6].
Evaluación para endarterectomía carotídea o angioplastia en casos de estenosis carotídea significativa[3].
El AIT representa una oportunidad crucial para prevenir un accidente cerebrovascular. Un abordaje diagnóstico y rápido terapéutico y exhaustivo es esencial para reducir el riesgo de eventos cerebrovasculares futuros y mejorar los pronósticos del paciente[4][5].
Citas
[3 ] https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-neurológicos/accidente-cerebrovascular/ataque-isquémico-transitorio
[5] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/transient-ischemic-attack/diagnosis-treatment/drc-20355684
Comentarios