MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo del Accidente Cerebrovascular (ACV) y Ataque Isquémico Transitorio (AIT)
El manejo de un accidente cerebrovascular (ACV) o un ataque isquémico transitorio (AIT) debe ser rápido y eficiente para minimizar el daño cerebral y prevenir complicaciones graves. Los pasos claves incluyen:
Ingreso de emergencia:Cualquier persona con sospecha de ACV o AIT debe ser trasladada inmediatamente a una unidad de ACV para evaluación y tratamiento urgente. Esto es fundamental, ya que algunos tratamientos como la trombólisis (con activador tisular del plasminógeno, tPA) solo son efectivos dentro de un límite de tiempo desde el inicio de los síntomas.
Es importante que el hospital esté informado con antelación del tiempo de inicio de los síntomas, su evolución y el estado actual del paciente, así como cualquier medicamento que esté tomando, especialmente anticoagulantes.
Evitar el uso inmediato de antiplaquetarios o anticoagulantes:No se deben administrar antiplaquetarios (como la aspirina) o anticoagulantes hasta que se haya excluido la posibilidad de un ACV hemorrágico mediante estudios de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). Una vez descartada la hemorragia, se pueden iniciar tratamientos antiplaquetarios o anticoagulantes según corresponda para prevenir futuros eventos isquémicos.
Aspirina en casos de AIT:En los casos de sospecha de AIT, se debe administrar inmediatamente aspirina 300 mg, siempre que no esté contraindicada (por ejemplo, en personas con alergia a la aspirina o aquellas que ya la están tomando regularmente). Además, se debe organizar una evaluación especializada en las primeras 24 horas si el AIT ha ocurrido dentro de la última semana, o en un plazo de 7 días si ocurrió hace más tiempo.
Monitoreo y manejo mientras se espera el traslado:Durante la espera para el traslado, es importante monitorear y manejar cualquier deterioro clínico (control de las vías aéreas, respiración y circulación) y administrar oxígeno suplementario si las saturaciones de oxígeno son inferiores al 95%.
Prevención secundaria:Después de un ACV o AIT, se deben implementar estrategias de prevención secundaria para reducir el riesgo de futuros eventos vasculares. Esto incluye:
Cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol, mejorar la dieta y realizar actividad física regular.
Optimización del tratamiento médico, que puede incluir:
Terapia antiplaquetaria: Con aspirina, clopidogrel u otros.
Estatinas para controlar el colesterol.
Antihipertensivos para mantener la presión arterial bajo control.
Diagnóstico
El diagnóstico de ACV y AIT se basa en la presentación clínica, que típicamente incluye la aparición repentina de síntomas neurológicos focales. El área afectada del cerebro determinará las manifestaciones clínicas.
ACV:Se debe sospechar un ACV cuando una persona presenta un déficit neurológico focal que persiste durante más de 24 horas. Los síntomas pueden incluir:
Debilidad o parálisis unilateral: Comúnmente afecta la cara, el brazo o la pierna.
Alteraciones del habla: Puede haber disartria (dificultad para articular palabras) o afasia (dificultad para comprender o producir el lenguaje).
Pérdida sensorial: Entumecimiento, hormigueo o pérdida de la sensibilidad.
Alteraciones visuales: Como hemianopsia (pérdida de la mitad del campo visual) o amaurosis fugaz (pérdida temporal de la visión en un ojo).
Ataxia: Problemas de coordinación o equilibrio.
Cefalea intensa: Más común en los ACV hemorrágicos, especialmente si hay hemorragia subaracnoidea.
AIT:Los síntomas del AIT son similares a los del ACV, pero la clave para su diagnóstico es que se resuelven completamente dentro de las 24 horas. A menudo, los síntomas desaparecen en menos de una hora. Los déficits pueden incluir:
Debilidad unilateral transitoria: En cara, brazo o pierna.
Pérdida transitoria de la visión en un ojo (amaurosis fugaz).
Pérdida del habla o dificultad para hablar.
Ataxia o pérdida del equilibrio.
Diagnóstico Diferencial
Es fundamental distinguir el ACV y el AIT de otras condiciones que pueden presentar síntomas similares. Algunas de las principales incluyen:
Hipoglucemia:La baja concentración de glucosa en sangre puede provocar déficits neurológicos focales que simulan un ACV, pero estos se resuelven rápidamente con la administración de glucosa.
Migraña con aura:Las migrañas pueden causar síntomas neurológicos transitorios, particularmente alteraciones visuales, que pueden confundirse con un AIT.
Convulsiones focales:Pueden presentarse con síntomas neurológicos focales como debilidad o pérdida sensorial, lo que a veces se confunde con un AIT o ACV.
Labirintitis o vértigo:Estas condiciones causan vértigo y desequilibrio, pero generalmente no se acompañan de otros déficits neurológicos focales.
Infecciones del sistema nervioso central:Condiciones como la encefalitis o los abscesos cerebrales pueden presentar síntomas neurológicos focales y deben ser consideradas.
Tumores cerebrales:Pueden provocar déficits neurológicos progresivos, a menudo acompañados de síntomas sistémicos como pérdida de peso o dolor de cabeza constante.
Definición
Un accidente cerebrovascular (ACV) es un síndrome clínico de origen vascular que se caracteriza por la aparición rápida de síntomas neurológicos focales o globales, que duran más de 24 horas o resultan en la muerte. Los ACV se clasifican en:
Isquémicos (85%): Causados por la oclusión de vasos sanguíneos cerebrales, lo que conduce a una reducción del flujo sanguíneo y daño cerebral.
Hemorrágicos (15%): Causados por el sangrado en el cerebro debido a la ruptura de un vaso sanguíneo.
El ataque isquémico transitorio (AIT) es un episodio transitorio de disfunción neurológica causada por isquemia focal en el cerebro, la médula espinal o la retina, sin evidencia de infarto agudo. A diferencia del ACV, los síntomas del AIT duran menos de 24 horas, y en la mayoría de los casos, los síntomas se resuelven en menos de una hora.
Comentarios