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Absceso retrofaríngeo

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El absceso retrofaríngeo es una condición potencialmente grave que se caracteriza por la acumulación de pus en los tejidos de la parte posterior de la garganta[5][6]. Esta patología afecta principalmente a niños menores de 5 años, aunque puede ocurrir a cualquier edad[5][6]. Su importancia radica en la posibilidad de complicaciones que pueden comprometer la vida del paciente si no se diagnostica y trata oportunamente.


Síntomas


Los síntomas del absceso retrofaríngeo pueden variar en severidad y presentación, pero también incluyen:


  • Fiebre alta[1][5][6]

  • Odinofagia intensa[1][2]

  • Disfagia[1][4]

  • Sialorrea[4][6]

  • Dificultad respiratoria[1][4]

  • Dolor cervical[2][6]

  • Compromiso del estado general[1][4]


En casos avanzados, los pacientes pueden presentar estridor, que es un sonido chillón al inhalar, indicativo de obstrucción de la vía aérea[5][6].


Signos clínicos


La exploración física puede revelar varios signos clínicos característicos:


  • Abombamiento de la pared faríngea posterior[3][4]

  • Rigidez cervical[2][6]

  • Trismo[2][4]

  • Retracción de músculos intercostales durante la respiración[6]

  • Limitación en la movilidad del cuello[6][7]


Exploración


La exploración del paciente con sospecha de absceso retrofaríngeo debe ser cuidadosa y sistemática:


  1. Evaluación del estado general y signos vitales[1]

  2. Inspección de la cavidad oral y orofaringe[1][3]

  3. Palpación cervical para detectar adenopatías o masas[2]

  4. Evaluación de la movilidad cervical[6][7]

  5. Auscultación respiratoria para identificar estridor u otros ruidos patológicos[5][6]


Es crucial realizar esta exploración de manera delicada, especialmente en niños, para evitar la ruptura accidental del absceso[3].


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico se basa en la sospecha clínica y se confirma mediante estudios de imagen:


  1. Radiografía lateral de cuello: Puede mostrar ensanchamiento del espacio retrofaríngeo[3][5]

  2. Tomografía computarizada (TC) de cuello: Es el estudio de elección para confirmar el diagnóstico y delimitar la extensión del absceso[4][5][6]

  3. Ecografía cervical: Puede ser útil en la evaluación inicial, especialmente en niños[3]

  4. Cultivo de exudado faríngeo: Ayuda a identificar el agente etiológico[5][6]

  5. Hemograma completo: Puede mostrar leucocitosis[6]


Manejo de emergencias


El absceso retrofaríngeo debe considerarse una urgencia médico-quirúrgica[2]. El manejo en el servicio de emergencias incluye:


  1. Estabilización de la vía aérea: En casos de compromiso respiratorio severo, puede ser necesaria la intubación endotraqueal[4][5]

  2. Inicio de antibioterapia empírica intravenosa: Se recomienda el uso de antibióticos de amplio espectro como ceftriaxona y clindamicina[3][4][5]

  3. Evaluación por otorrinolaringología: Para planificar el drenaje quirúrgico[4]

  4. Preparación para drenaje quirúrgico: Debe realizarse bajo anestesia general con intubación endotraqueal para proteger la vía aérea[3][4]

  5. Monitorización continua: Vigilar signos vitales y evolución clínica[5]

  6. Manejo del dolor y la inflamación: Puede considerarse el uso de corticosteroides para reducir la inflamación de las vías respiratorias[6]


El tratamiento precoz y adecuado es fundamental para prevenir complicaciones potencialmente fatales como obstrucción de la vía aérea, mediastinitis o sepsis[2][5].


El absceso retrofaríngeo representa un desafío diagnóstico y terapéutico que requiere un alto índice de sospecha, especialmente en población pediátrica. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con un manejo multidisciplinario en el servicio de emergencias, es crucial para garantizar un resultado favorable en estos pacientes.


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