MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El aborto espontáneo, definido como la pérdida involuntaria del embarazo antes de la semana 20-24 de gestación, es un evento común que afecta hasta un tercio de los embarazos[1][5]. Este artículo académico aborda los aspectos clave del aborto espontáneo, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en
emergencias.
Síntomas
Los síntomas del aborto espontáneo pueden variar en intensidad y presentación, pero los más comunes incluyen:
Sangrado vaginal: Puede variar desde un manchado leve hasta un sangrado abundante con coagulos[2][5].
Dolor abdominal y cólicos: Generalmente localizados en la zona pélvica o en la parte baja de la espalda[2][5].
Expulsión de tejido o líquido por la vagina[2].
Disminución o desaparición repentina de los síntomas del embarazo[2].
En algunos casos, pueden presentar síntomas adicionales como fatiga extrema, debilidad, y en situaciones graves, taquicardia o mareos debido a la pérdida de sangre[2].
Signos clínicos
Los signos clínicos del aborto espontáneo pueden incluir:
Cuello uterino dilatado: Indica un aborto en curso o inevitable[1][3].
Sangrado vaginal activo: Observable durante el examen pélvico[1][3].
Útero más pequeño de lo esperado para la edad gestacional[1].
Ausencia de actividad cardíaca fetal en etapas avanzadas del primer trimestre[3].
Exploración
La exploración física en casos de sospecha de aborto espontáneo debe incluir:
Examen pélvico: Para evaluar el estado del cuello uterino y la presencia de sangrado activo[1][3].
Evaluación de signos vitales: Especialmente para detectar taquicardia o hipotensión que puedan indicar una hemorragia significativa[2][5].
Palpación abdominal: Para evaluar dolor y sensibilidad[5].
Examen general: Para descartar otras complicaciones o condiciones subyacentes[5].
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas fundamentales para confirmar y evaluar un aborto espontáneo incluyen:
Ecografía transvaginal: Es la prueba de elección para confirmar la viabilidad del embarazo y detectar anomalías[1][3][6].
Niveles séricos de gonadotropina coriónica humana (hCG): Se realizan mediciones seriadas para evaluar la progresión del embarazo[1][3][6].
Hemograma completo: Para evaluar la pérdida de sangre y detectar anemia[6].
Grupo sanguíneo y factor Rh: Especialmente importante en mujeres Rh negativas[1][3][6].
Pruebas de coagulación: En casos de sangrado abundante o sospecha de coagulopatía[6].
En algunos casos, pueden considerarse pruebas adicionales como el análisis citogenético de los productos de la concepción o el cariotipo parental, especialmente en casos de abortos recurrentes[6].
Manejo de emergencias
El manejo de emergencia del aborto espontáneo se centra en:
Estabilización hemodinámica: En casos de sangrado abundante, se debe asegurar un acceso venoso y administrar fluidos intravenosos[1][5].
Control del dolor: Administración de analgésicos según sea necesario[1].
Evaluación rápida: Realización de ecografía y pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad[3][6].
Manejo específico según el tipo de aborto:
Amenaza de aborto: Observación y seguimiento[1].
Aborto inevitable o incompleto: Considerar manejo expectante, médico o quirúrgico[1][3].
Aborto séptico: Administración inmediata de antibióticos de amplio espectro y posible evacuación uterina[4][5].
Administración de inmunoglobulina anti-Rh: En mujeres Rh negativas[1][3].
Apoyo emocional: Proporcionar información clara y apoyo psicológico a la paciente y su pareja[1][4].
El aborto espontáneo es una complicación frecuente del embarazo que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con un manejo adecuado, es crucial para optimizar los resultados y proporcionar el mejor cuidado posible a los pacientes afectados.
Citas
[3] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/pregnancy-loss-miscarriage/diagnosis-treatment/drc-20354304
Comentarios