MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El aborto espontáneo es la pérdida del embarazo antes de las 20 semanas de edad gestacional[1]. Este artículo académico abordará los aspectos clave del tratamiento del aborto espontáneo, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas más comunes del aborto espontáneo incluyen:
Sangrado vaginal, que puede variar desde manchado leve hasta hemorragia intensa[1][5]
Dolor abdominal, generalmente en forma de calambres o cólicos[5]
Expulsión de tejido o coágulos por la vagina[1]
Es importante destacar que la presencia de estos síntomas no siempre indica un aborto espontáneo inevitable, ya que algunos embarazos pueden continuar a pesar de presentar sangrado inicial[5].
Signos
Los signos clínicos del aborto espontáneo pueden incluir:
Dilatación del cuello uterino[1]
Sangrado activo observable durante la exploración[5]
Útero de tamaño menor al esperado para la edad gestacional[1]
Exploración
La exploración física es fundamental para evaluar un posible aborto espontáneo y generalmente incluye:
Examen pélvico: para evaluar la dilatación del cuello uterino y el sangrado activo[5]
Evaluación del tamaño uterino mediante palpación abdominal[1]
Valoración de signos vitales para descartar inestabilidad hemodinámica[1]
Pruebas diagnósticas
Las principales pruebas diagnósticas utilizadas en casos de sospecha de aborto espontáneo son:
Ecografía transvaginal: Es la prueba más importante para confirmar el diagnóstico. Permite evaluar la viabilidad fetal, el tamaño del saco gestacional y la presencia de actividad cardíaca[1][5].
Análisis de sangre:
Nivel de gonadotropina coriónica humana (hCG): Un nivel bajo o en disminución puede indicar un aborto espontáneo[5].
Hemograma completo: Para evaluar el grado de anemia en caso de sangrado significativo[1].
Grupo sanguíneo y factor Rh: Importante para determinar la necesidad de inmunoglobulina anti-Rh[1][5].
Pruebas de tejidos: Si se expulsa tejido, puede enviarse al laboratorio para confirmar el aborto espontáneo[5].
Manejo de emergencias
El manejo de emergencia del aborto espontáneo depende de la presentación clínica y puede incluir:
Estabilización hemodinámica: En casos de sangrado abundante, se debe asegurar un acceso venoso y administrar fluidos intravenosos[1].
Evaluación rápida: Realizar una ecografía de urgencia para confirmar el diagnóstico y descartar embarazo ectópico[1][5].
Manejo del dolor: Administrar analgésicos según sea necesario[1].
Opciones de tratamiento:a) Manejo expectante: Esperar la expulsión espontánea del tejido gestacional, adecuada para abortos del primer trimestre sin complicaciones[1][2].b) Tratamiento médico: Uso de misoprostol (800 mcg por vía vaginal) para facilitar la expulsión del tejido[1][2].c) Evacuación quirúrgica: Mediante aspiración manual endouterina (AMEU) o legrado uterino instrumental (LUI) en casos de sangrado abundante, inestabilidad hemodinámica o infección[1][3].
Administración de inmunoglobulina anti-Rh: En pacientes Rh negativos para prevenir la isoinmunización[1][5].
Apoyo emocional: Ofrecer consejería y, si es necesario, derivar a grupos de apoyo[1][6].
El tratamiento del aborto espontáneo debe ser individualizado, considerando la edad gestacional, la presentación clínica y las preferencias de la paciente.
El manejo expectante y el tratamiento médico han demostrado ser alternativas seguras y efectivas al tratamiento quirúrgico en muchos casos, especialmente en abortos del primer trimestre[2][3].
Es fundamental proporcionar un seguimiento adecuado para confirmar la resolución completa del aborto y ofrecer apoyo emocional a la paciente y su pareja durante este proceso[1][6].
Citas
[2] https://www.elsevier.es/es-revista-clinica-e-investigacion-ginecologia-obstetricia-7-articulo-tratamiento-medico-del-aborto-espontaneo-S0210573X13001354
[3] https://aplicaciones.msp. gob.ec/salud/archivosdigitales/documentosDirecciones/dnn/archivos/GPC Aborto espontáneo, incompleto, diferido y retenido.pdf
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