MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de los Trastornos del sueño - trabajo por turnos y desfase horario
Trastorno del trabajo por turnos (SWD):El manejo del SWD se centra en ajustar los horarios y hábitos de sueño, así como en promover un entorno favorable para el descanso. Las estrategias incluyen:
Crear un ambiente de sueño propicio: Mantener una habitación fresca, oscura y silenciosa es fundamental. Se puede utilizar persianas opacas, tapones para los oídos, máscaras para dormir o generadores de ruido blanco para mejorar la calidad del sueño.
Horarios regulares de comidas y actividad física: Evitar comidas pesadas antes de acostarse y realizar actividad física regularmente, pero no justo antes de dormir.
Evitar estimulantes: Abstenerse del consumo de cafeína, nicotina y alcohol al menos tres horas antes de dormir.
Relajación antes de dormir: Desarrollar una rutina relajante antes de acostarse, como tomar un baño, leer o hacer estiramientos suaves.
Siestas cortas durante los turnos: Si es posible, se recomienda tomar siestas breves y programadas de menos de 30 minutos durante los turnos y antes del turno nocturno para mejorar el estado de alerta.
Exposición a la luz y evitar luz diurna al final del turno: La exposición a luz brillante durante el turno ayuda a mantener el ritmo circadiano, mientras que evitar la luz al regresar a casa (por ejemplo, usando gafas de sol) ayuda a conciliar el sueño después del turno.
Cuidado con el manejo post-turno: Se debe evitar conducir si se siente somnoliento tras un turno de trabajo, ya que el riesgo de accidentes es alto en estas condiciones.
Consultar con especialistas: En casos graves o persistentes, se debe considerar una consulta con un especialista en trastornos del sueño o la derivación a una clínica especializada en sueño.
No se recomienda el uso rutinario de medicamentos hipnóticos: Aunque pueden considerarse para uso temporal en casos específicos, no se recomienda su uso prolongado.
Trastorno de desfase horario (JLD):El manejo del JLD está enfocado en mitigar los efectos del desfase horario, ayudando a ajustar el ciclo sueño-vigilia lo más rápidamente posible al nuevo huso horario. Las estrategias incluyen:
Preparación antes del viaje:
Para viajes cortos (menos de 3 días): Mantener las actividades de sueño y comida en el horario habitual (“hora de casa”) para minimizar la disrupción del ciclo circadiano.
Para viajes largos (más de 3 días): Maximizar el sueño previo al vuelo para evitar una acumulación de “deuda de sueño”. Ajustar los horarios de sueño antes de viajar para alinearse más con el horario del destino, y adoptar el horario de la zona de destino desde que se aborda el vuelo.
Durante el vuelo:
Mantener una adecuada hidratación y evitar el consumo excesivo de alcohol. Se recomienda comer comidas ligeras.
Intentar dormir lo más posible durante las horas de oscuridad previstas en el destino, usando máscaras para dormir y tapones para los oídos si es necesario.
Al llegar al destino:
Intentar dormir de forma regular, incluyendo al menos un bloque mínimo de cuatro horas de sueño durante la noche en la nueva zona horaria.
Tomar siestas cortas si es necesario, pero limitar su duración a 30 minutos y asegurarse de que se tomen al menos ocho horas antes de la hora de acostarse planificada.
Exponerse a la luz y oscuridad en los momentos adecuados, y ajustar los horarios de sueño de acuerdo con la hora local. Considerar el uso de gafas de sol para controlar la exposición a la luz.
Realizar caminatas al aire libre para ayudar a sincronizar el “reloj interno” con el nuevo huso horario.
Medidas generales para promover el sueño:
Crear un entorno cómodo, fresco, oscuro y silencioso para dormir, utilizando persianas opacas, máscaras para los ojos y tapones para los oídos.
Evitar comidas pesadas justo antes de acostarse y mantener una actividad física regular, aunque evitar ejercicio vigoroso en las horas previas al sueño.
Relajarse antes de dormir con actividades como un baño, lectura o estiramientos suaves.
Considerar el uso de bebidas con cafeína para contrarrestar la somnolencia en el nuevo huso horario.
Evitar el uso de melatonina y medicamentos hipnóticos: No se recomienda su uso rutinario. Pueden considerarse en casos específicos, pero deben utilizarse bajo supervisión médica.
Diagnóstico
Trastorno del trabajo por turnos (SWD):El diagnóstico del SWD se basa en la historia clínica, específicamente en la relación entre los síntomas de alteración del sueño y los horarios de trabajo. Se deben considerar los siguientes criterios:
Criterios diagnósticos:
El paciente trabaja en turnos que se superponen total o parcialmente con los períodos de sueño nocturno convencionales.
El paciente presenta síntomas de insomnio (dificultad para conciliar o mantener el sueño) o somnolencia excesiva durante las horas de vigilia.
Los síntomas deben haber persistido durante al menos tres meses.
Debe haber una reducción significativa del tiempo total de sueño y un deterioro funcional significativo en las áreas mental, física, social, ocupacional o académica.
No debe haber otro trastorno médico, de sueño, o efectos de medicamentos o sustancias que expliquen mejor los síntomas.
Evaluación adicional:
Se debe realizar una historia clínica completa, evaluando el impacto en el funcionamiento diurno, los patrones de turnos de trabajo y la higiene del sueño.
Es posible que se solicite al paciente que mantenga un diario de sueño durante una o dos semanas.
Si el diagnóstico no es claro, se puede considerar el uso de actigrafía, un dispositivo que mide los patrones de sueño y vigilia, generalmente recomendado en un entorno especializado de clínica del sueño.
Trastorno de desfase horario (JLD):El diagnóstico del JLD es clínico y depende de la asociación entre los síntomas y el cruce de zonas horarias. Los puntos clave son:
Criterios diagnósticos:
El paciente ha viajado a través de al menos dos zonas horarias recientemente.
Presenta síntomas de alteración del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño), somnolencia diurna, fatiga y deterioro funcional (mental, físico, social, ocupacional o académico).
La aparición de los síntomas debe ser dentro de uno o dos días después del viaje.
En viajes hacia el este, es más común la dificultad para conciliar el sueño; en viajes hacia el oeste, es más común la dificultad para mantener el sueño.
Pueden presentarse síntomas somáticos asociados, como malestar general, calambres musculares y alteraciones gastrointestinales (náuseas, distensión abdominal, estreñimiento).
Evaluación adicional:
Obtener una historia detallada del viaje, incluyendo fechas, zonas horarias cruzadas y síntomas asociados.
No se requieren exámenes físicos o de laboratorio a menos que se sospeche otra condición subyacente.
Diagnóstico Diferencial
Es importante diferenciar el SWD y el JLD de otros trastornos que puedan presentar síntomas similares o coexistir con estos. Las principales condiciones que se deben considerar incluyen:
Fatiga por viaje: Se caracteriza por fatiga general, dolores de cabeza y cansancio después de un viaje largo, sin la alteración significativa del sueño que caracteriza al JLD. Los síntomas suelen resolverse tras una noche de sueño normal.
Otros trastornos del ritmo circadiano del sueño-vigilia:
Trastorno de fase retrasada del sueño-vigilia: Retraso persistente en el momento en que la persona se duerme y se despierta, lo que lleva a dificultad para conciliar el sueño y despertar tarde.
Trastorno de fase avanzada del sueño-vigilia: Somnolencia temprana en la tarde y despertar temprano por la mañana.
Trastorno de ritmo sueño-vigilia irregular: No hay un patrón claro de sueño y vigilia, y el paciente experimenta varios episodios de sueño y vigilia a lo largo del día.
Trastorno de ritmo sueño-vigilia no de 24 horas: El ciclo de sueño de la persona no está alineado con el ciclo de 24 horas, con un retraso progresivo en el momento de dormir y despertar.
Otros trastornos del sueño: Condiciones como el insomnio crónico, el síndrome de apnea obstructiva del sueño y el síndrome de piernas inquietas pueden presentar síntomas de alteración del sueño y fatiga diurna que se superponen con el SWD o el JLD.
Trastornos de salud mental: Condiciones como la depresión y los trastornos de ansiedad pueden afectar significativamente los patrones de sueño y deben ser considerados en el diagnóstico diferencial.
Otras causas de fatiga: Problemas médicos subyacentes como anemia, diabetes, enfermedades cardíacas o hipotiroidismo también deben ser considerados, ya que pueden provocar fatiga y afectar el sueño.
Definición
Los trastornos del ritmo circadiano del sueño-vigilia (CRSWDs) son alteraciones en el ciclo sueño-vigilia causadas por desajustes en el ritmo circadiano interno (reloj biológico).
Estos desajustes pueden deberse a factores internos o externos. Los CRSWDs se dividen en dos categorías principales:
Trastornos intrínsecos o endógenos del ritmo circadiano:Alteraciones que surgen de problemas internos en el sistema circadiano de la persona, incluyendo:
Trastorno de fase retrasada del sueño-vigilia.
Trastorno de fase avanzada del sueño-vigilia.
Trastorno de ritmo sueño-vigilia irregular.
Trastorno de ritmo sueño-vigilia no de 24 horas.
Trastornos extrínsecos o exógenos del ritmo circadiano:Los problemas de sueño se deben a cambios ambientales que causan un desajuste entre el horario del sueño y los ritmos circadianos internos.
Trastorno del trabajo por turnos (SWD): Causado por la desincronización entre los horarios de trabajo no convencionales (como el trabajo nocturno) y el ciclo sueño-vigilia natural de la persona.
Trastorno de desfase horario (JLD): Surge de la desincronización temporal entre el ciclo circadiano interno y el horario de sueño-vigilia del nuevo huso horario tras viajar rápidamente a través de varias zonas horarias.
Estos trastornos se caracterizan típicamente por síntomas de insomnio y/o somnolencia excesiva que causan angustia o deterioro funcional significativo. Para su diagnóstico, se suele utilizar un diario de sueño (y, cuando es posible, actigrafía) durante un mínimo de una semana.
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