MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Neuralgia postherpética
El manejo de la neuralgia postherpética (NPH) se centra en controlar el dolor neuropático persistente y mejorar la calidad de vida del paciente. Aunque los tratamientos pueden no eliminar completamente el dolor, su objetivo es reducir su intensidad y limitar su impacto en la funcionalidad del paciente.
Tratamiento farmacológico inicial:
Analgésicos básicos:
Paracetamol: Se recomienda como tratamiento inicial para el dolor leve o moderado, solo o en combinación con codeína. No obstante, esta combinación a menudo ofrece un alivio limitado cuando se usa sola.
Medicamentos para el dolor neuropático:
Si el dolor no se alivia con analgésicos básicos, se pueden considerar fármacos que tratan el dolor neuropático, como amitriptilina, duloxetina, gabapentina o pregabalina. Estos medicamentos deben ajustarse según la respuesta clínica y la tolerancia del paciente.
Capsaicina tópica o parches de lidocaína: Se pueden utilizar en casos de dolor leve o cuando predomina la alodinia (dolor provocado por estímulos no dolorosos). También se usan en personas mayores preocupadas por los efectos secundarios del sistema nervioso central asociados con medicamentos orales, o como complemento en casos de dolor severo.
Tramadol: Puede considerarse como terapia de rescate a corto plazo, pero su uso prolongado solo debe realizarse bajo supervisión especializada debido al riesgo de dependencia y efectos secundarios.
Autocuidado y consejos:
Se debe proporcionar información sobre la naturaleza de la NPH y estrategias para el manejo del dolor. Las siguientes recomendaciones pueden ser útiles:
Utilizar telas de algodón o seda, ya que suelen causar menos irritación en la piel sensible.
Proteger las áreas sensibles aplicando una capa protectora (como un vendaje firme, ropa de compresión, película plástica o apósitos).
Aplicar compresas frías frecuentemente, siempre que no generen dolor adicional (evitar si hay alodinia).
Seguimiento y ajuste del tratamiento:
Se debe realizar un seguimiento temprano para evaluar la progresión y la eficacia de las dosis de los medicamentos utilizados para el dolor neuropático.
Ajustes de dosis: Explicar al paciente la importancia de aumentar las dosis de los medicamentos para el dolor neuropático de forma gradual, proporcionando información escrita si es necesario. Los tratamientos pueden tardar semanas en alcanzar una dosis efectiva.
Seguimiento clínico: Se debe revisar periódicamente el nivel de dolor, el impacto en las actividades diarias y el estado emocional del paciente, ya que la NPH puede estar asociada a depresión o ansiedad.
Derivación a especialistas:
Si el dolor es severo o limita significativamente la vida diaria del paciente, o si el tratamiento no es efectivo, se debe considerar la derivación a una clínica del dolor o a un neurólogo.
Opciones de tratamiento avanzado en clínicas del dolor pueden incluir terapias más especializadas como parches de capsaicina al 8%, bloqueos nerviosos, estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS), o intervenciones psicológicas adicionales como la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Diagnóstico
El diagnóstico de neuralgia postherpética se sospecha en personas que presentan dolor característico de tipo urente, punzante, o lancinante en una distribución dermatómica (relacionada con el área afectada por un brote previo de herpes zóster).
Examen físico:
Realizar una comparación de la función sensorial entre el área afectada y el lado contralateral. Los signos indicativos de neuralgia postherpética incluyen:
Hiperalgesia: Dolor excesivo ante estímulos dolorosos.
Alodinia: Dolor desencadenado por estímulos no dolorosos, como un simple toque o presión.
Déficits sensoriales: Reducción o pérdida de la sensación térmica, táctil, o vibratoria en el dermatoma afectado o en áreas cercanas.
Aunque la mayoría de los casos se asocian con un episodio reciente de herpes zóster, algunos pacientes pueden no recordar la erupción, y en raras ocasiones, la neuralgia postherpética puede aparecer meses después de la resolución de la infección aguda.
Diagnóstico Diferencial
Se deben excluir otras causas de dolor neuropático crónico, tales como:
Neuropatía diabética.
Fibromialgia.
Radiculopatías o síndromes compresivos nerviosos.
Definición
La neuralgia postherpética (NPH) es una complicación del herpes zóster (culebrilla), caracterizada por dolor persistente en una distribución dermatómica que persiste por más de tres meses después de la aparición o resolución de la erupción cutánea.
Se origina por el daño neuronal causado por la infección viral, afectando tanto a los nervios periféricos como centrales. Este trastorno es más común en personas mayores, particularmente aquellas que experimentan un dolor severo durante la fase aguda del herpes zóster. Otros factores de riesgo incluyen el dolor prodrómico (dolor antes de la aparición de la erupción), la severidad del brote y la afectación oftálmica.
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