MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Síntomas
Los síntomas principales de la migraña incluyen:
Dolor de cabeza intenso, generalmente unilateral
Náuseas y vómitos
Sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia)
Empeoramiento del dolor con la actividad física
En algunos casos, la migraña puede presentarse con aura, que son síntomas neurológicos focales que preceden o acompañan al dolor de cabeza[1][5].
Exploración física
Durante la evaluación en el departamento de emergencias, se debe realizar:
Examen neurológico completo
Evaluación de signos vitales
Búsqueda de signos de focalización neurológica
Valoración de la rigidez de nuca
Examen de fondo de ojo
Es crucial estar atento a las "señales de alarma" que pueden indicar una causa subyacente más grave, como:
Síntomas neurológicos focales persistentes
Cefalea de aparición reciente en personas mayores
Cefalea que empeora con el esfuerzo físico
Cefalea asociada a fiebre[1]
Pruebas diagnósticas
En la mayoría de los casos de migraña, no se requieren pruebas diagnósticas específicas.
Sin embargo, si se presentan señales de alarma o el cuadro clínico es atípico, se pueden considerar:
Tomografía computarizada (TC) cerebral
Resonancia magnética (RM) cerebral
Punción lumbar (si se sospecha hemorragia subaracnoidea o meningitis)
Estas pruebas ayudan a descartar otras enfermedades o trastornos neurológicos graves[1].
Manejo en el departamento de emergencias
El tratamiento de la migraña en emergencias se enfoca en aliviar el dolor y los síntomas asociados:
Analgesia:
Primera línea: Acetaminofén (paracetamol) 1000 mg vía oral, combinado con metoclopramida 10 mg por vía endovenosa[2][3].
Segunda línea: Sumatriptán, especialmente en casos refractarios[3].
Antieméticos:
Metoclopramida 10 mg por vía endovenosa, que además de controlar las náuseas, tiene efecto analgésico[2][4].
Hidratación:
Administración de fluidos intravenosos si hay deshidratación.
Medidas no farmacológicas:
Ambiente tranquilo y oscuro
Técnicas de relajación
Consideraciones especiales:
En embarazadas, evitar AINE a partir de la semana 20 de gestación[3].
En adultos mayores, tener precaución con la metoclopramida debido al riesgo de efectos adversos como trastornos del movimiento[4].
Es importante proporcionar educación al paciente sobre factores desencadenantes y medidas preventivas, así como considerar la derivación a un especialista en neurología para el manejo a largo plazo si las crisis son frecuentes o severas[1][5].
Citations: [1] https://www.semanticscholar.org/paper/7696e84d705263b4854d2faa46a8a2b70d36135f [2] https://www.semanticscholar.org/paper/7ec666c18238dc408846965002c76e2615fdee00 [3] https://www.semanticscholar.org/paper/7fab04e73be52f48230551842e686d41c223237f [4] https://www.semanticscholar.org/paper/edd732f3bd78c1d8e9006c6e6cc1ee6806cc59ef [5] https://www.semanticscholar.org/paper/90ce73155405699df062c146ce08b9d18b490409
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