MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Meningitis - Meningitis bacteriana y enfermedad meningocócica
La meningitis bacteriana y la enfermedad meningocócica son emergencias médicas que requieren hospitalización inmediata llamando al servicio de emergencias.
Se debe administrar antibióticos (ceftriaxona o benzilpenicilina) de forma intravenosa o intramuscular, si hay un retraso significativo en la transferencia al hospital. No se deben administrar antibióticos si la persona tiene una alergia severa a estos medicamentos.
La profilaxis antibiótica para contactos cercanos es crucial y debe proporcionarse dentro de las primeras 24 horas desde el diagnóstico del caso índice, para reducir el riesgo de contagio, aunque el riesgo suele ser bajo. Los contactos incluyen personas con exposición prolongada y cercana al paciente, como convivientes o parejas.
Después del alta hospitalaria, se debe programar un seguimiento con un especialista, particularmente en niños, para monitorear posibles secuelas. Es fundamental estar atentos a complicaciones tardías como pérdida auditiva, problemas neurológicos, dificultades cognitivas o emocionales.
Se debe proporcionar apoyo e información a las familias mediante organizaciones de apoyo como la Fundación de Meningitis y servicios de salud locales.
Diagnóstico
La meningitis bacteriana y la enfermedad meningocócica se caracterizan por ser rápidamente progresivas y a menudo presentan síntomas inespecíficos, lo que dificulta el diagnóstico inicial, especialmente en bebés, niños pequeños, adultos mayores o personas con dificultades de comunicación.
En la meningitis bacteriana, se debe sospechar si la persona presenta la combinación de síntomas bandera roja:
Fiebre.
Cefalea.
Rigidez de cuello.
Alteración del nivel de consciencia (confusión, delirio, letargo o somnolencia).
Los casos de enfermedad meningocócica se deben sospechar cuando hay presencia de un exantema hemorrágico no blanqueable, petequial o purpúrico, de más de 2 mm de diámetro, especialmente si es de aparición rápida y progresiva. Sin embargo, la ausencia de un exantema no descarta la enfermedad meningocócica.
Los síntomas en lactantes y niños pequeños pueden incluir fiebre, irritabilidad, rechazo a la alimentación, somnolencia o un llanto continuo agudo. Los signos neurológicos específicos incluyen fontanela abultada (en bebés), fotofobia, rigidez de cuello, y signos clínicos como el signo de Kernig y el signo de Brudzinski.
Se debe realizar una evaluación completa de síntomas y signos clínicos, prestando atención a cambios súbitos en el comportamiento, dificultades respiratorias, alteraciones en la coloración de la piel (palidez o cianosis), y shock.
Diagnóstico Diferencial
El diagnóstico diferencial de la meningitis bacteriana incluye:
Meningitis viral: La meningitis viral es mucho más común, generalmente benigna, y se resuelve sin complicaciones graves. Es más frecuente en niños y está causada por virus como enterovirus, herpes simple y virus de Epstein-Barr.
Meningitis fúngica: Aunque rara, la meningitis fúngica es potencialmente mortal y afecta principalmente a personas inmunocomprometidas (por ejemplo, personas con VIH). El patógeno más común es Cryptococcus.
Meningitis tuberculosa: Es una forma crónica de meningitis, más común en personas con exposición o residencia en áreas endémicas de tuberculosis. Su evolución es más lenta y puede ser difícil de distinguir de la meningitis bacteriana aguda.
Meningitis inducida por fármacos: Puede ser causada por medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos o ciertos antibióticos (trimetoprim, amoxicilina).
Sepsis: La sepsis y la meningitis pueden coexistir, especialmente cuando hay un exantema purpúrico o petequial presente.
Neumonía: Algunas infecciones pulmonares pueden generar síntomas similares a los de la meningitis.
Encefalitis: La encefalitis causa inflamación cerebral y puede ser difícil de diferenciar de la meningitis cuando hay alteración del estado mental.
Otras causas: Abscesos cerebrales, hemorragia subaracnoidea, trastornos autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la enfermedad de Behçet.
Otros posibles diagnósticos incluyen malignidades del sistema nervioso central, VIH, y trastornos hematológicos que pueden causar exantemas petequiales, como deficiencias de plaquetas o problemas de coagulación.
Definición
Meningitis es la inflamación de las meninges, las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Puede ser causada por infecciones bacterianas, virales, fúngicas o por procesos no infecciosos, como ciertos tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes o medicamentos.
La meningitis bacteriana es una condición potencialmente mortal que puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más común en bebés, niños pequeños y adultos mayores. Entre las bacterias más comunes que causan meningitis están Neisseria meningitidis (meningococo), Streptococcus pneumoniae (neumococo) y Haemophilus influenzae tipo B.
La enfermedad meningocócica es una infección por Neisseria meningitidis, una bacteria que puede causar meningitis meningocócica o septicemia meningocócica. Esta bacteria se transmite por contacto cercano o por gotas respiratorias. La enfermedad meningocócica es una causa importante de muerte en la infancia temprana, aunque es poco frecuente en la población general.
La meningitis bacteriana, particularmente la enfermedad meningocócica, es una enfermedad notificable y de alta prioridad para la salud pública, lo que implica que los casos deben ser reportados a las autoridades sanitarias para controlar posibles brotes.
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