MANUAL MINORS
Las lesiones de las partes blandas del tobillo incluyen daños en los músculos, ligamentos, tendones y la fascia alrededor de la articulación del tobillo. Estas lesiones son comunes, especialmente durante actividades físicas como correr, saltar o realizar movimientos bruscos.
Entre las lesiones más comunes se encuentran los esguinces de ligamentos, las tendinitis, las distensiones musculares y las lesiones de los tendones. Los síntomas varían según la estructura afectada, pero típicamente incluyen dolor, hinchazón, hematomas y dificultad para mover o cargar peso sobre el tobillo.
Diagnóstico
El diagnóstico de las lesiones de las partes blandas del tobillo se basa en la historia clínica y el examen físico. El médico evalúa la localización del dolor, la hinchazón y el rango de movimiento, así como la estabilidad del tobillo mediante pruebas específicas (como la prueba del cajón anterior para esguinces).
En algunos casos, se utilizan estudios de imagen como la ecografía o la resonancia magnética (RM) para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión del daño a los tendones, ligamentos o músculos.
Diagnóstico diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Esguince de tobillo | Dolor e inestabilidad, común en los ligamentos laterales, sin fracturas en radiografía |
Tendinitis de los tendones peroneos | Dolor a lo largo del lateral del tobillo, especialmente al caminar o correr |
Ruptura del tendón de Aquiles | Dolor súbito en la parte posterior del tobillo con incapacidad para flexionar el pie, signo de Thompson positivo |
Bursitis retrocalcánea | Hinchazón y dolor detrás del talón, localizado sobre la bursa y no en los ligamentos |
Fractura del maléolo lateral o medial | Dolor intenso, deformidad o inestabilidad en la articulación, confirmado con radiografía |
Manejo en Emergencias
El manejo inicial de las lesiones de las partes blandas del tobillo incluye el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión, y elevación) para reducir el dolor y la inflamación. Se administran analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para el control del dolor.
En casos de esguince grave o sospecha de lesión de los tendones, se debe inmovilizar temporalmente el tobillo con una férula o vendaje funcional. Si hay signos de inestabilidad o compromiso de los tendones, se debe realizar una evaluación adicional con estudios de imagen.
Protocolo RICE:
Reposo: Evitar cargar peso en el tobillo lesionado.
Hielo: Aplicar hielo durante 15-20 minutos cada 2-3 horas para reducir la inflamación.
Compresión: Usar un vendaje elástico para controlar la hinchazón.
Elevación: Mantener el tobillo elevado por encima del nivel del corazón para mejorar el retorno venoso y reducir la hinchazón.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo varía según el tipo y la gravedad de la lesión:
Esguince de tobillo: Para esguinces leves o moderados (grados I y II), el tratamiento incluye inmovilización parcial, fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento para restaurar la estabilidad del tobillo. Los esguinces graves (grado III), con ruptura completa de los ligamentos, pueden requerir inmovilización prolongada o cirugía para reparar los ligamentos dañados.
Tendinitis: El tratamiento incluye reposo, antiinflamatorios, fisioterapia y, en algunos casos, ortesis o taloneras para reducir la tensión sobre el tendón. La infiltración de corticosteroides se puede utilizar en casos graves o crónicos, aunque se hace con precaución cerca de los tendones.
Distensiones musculares: El tratamiento consiste en reposo, fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento y estiramiento para mejorar la flexibilidad y prevenir recurrencias.
Lesiones tendinosas: Las rupturas parciales de los tendones (como los tendones peroneos) pueden tratarse de manera conservadora con inmovilización y fisioterapia, mientras que las rupturas completas pueden requerir cirugía para reparar el tendón.
Rehabilitación
La rehabilitación es una parte esencial del tratamiento para cualquier lesión de las partes blandas del tobillo. El enfoque incluye ejercicios de fortalecimiento y equilibrio para prevenir futuras lesiones y restaurar la función normal del tobillo.
Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las lesiones de partes blandas del tobillo se recuperan por completo, aunque algunas pueden requerir períodos prolongados de rehabilitación. Es fundamental que el paciente siga el plan de fisioterapia para evitar complicaciones y reducir el riesgo de recurrencias.
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