MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Las infecciones estreptocócicas, particularmente la celulitis, representan un desafío significativo en la práctica clínica debido a su potencial gravedad y rápida progresión. Este artículo se enfoca en la celulitis estreptocócica, una infección aguda de la piel y tejidos subcutáneos, explorando sus características clínicas, métodos de diagnóstico y manejo en el ámbito de emergencias.
Síntomas
La celulitis estreptocócica se caracteriza por una constelación de síntomas que pueden variar en intensidad. Los pacientes experimentales evaluados:
Dolor localizado en el área afectada
Sensación de calor en la zona infectada.
General de Malestar
Fiebre, que puede ser alta en casos severos
Escalofríos, especialmente en etapas iniciales de la infección[1][2]
Estos síntomas suelen desarrollarse rápidamente, lo que subraya la importancia de una intervención médica temprana.
Signos clínicos
La presentación clínica de la celulitis estreptocócica incluye varios signos observables:
Eritema: área enrojecida de la piel que tiende a expandirse
Edema: hinchazón notable del tejido afectado
Calor local: aumento de la temperatura en la zona infectada
Límites difusos: a diferencia de la erisipela, la celulitis no presenta bordes bien definidos entre la piel afectada y la sana[1][2]
En casos más avanzados, pueden aparecer:
Vesículas o ampollas
Piel con aspecto de “piel de naranja”
Linfangitis asociada[1]
Exploración
La exploración física es crucial para el diagnóstico y evaluación de la gravedad de la celulitis. El médico debe:
Delimitar y marcar el área afectada para monitorear la progresión.
Palpar la zona en busca de fluctuación o crepitación, lo que podría indicar complicaciones como abscesos o fascitis necrotizante.
Evaluar los ganglios linfáticos regionales.
Buscar posibles puntos de entrada para la infección, como heridas o úlceras[1][2]
Pruebas diagnósticas
Aunque el diagnóstico de la celulitis es principalmente clínico, ciertas pruebas pueden ser útiles para confirmar el diagnóstico y descartar complicaciones:
Cultivos bacteriológicos: aunque no siempre necesarios, pueden ser útiles en casos recurrentes o resistentes al tratamiento.
Pruebas de laboratorio:
Recuento de glóbulos blancos
Proteína C reactiva (PCR)
Velocidad de sedimentación globular (VSG)
Técnicas de imagen:
Ecografía: útil para detectar abscesos o colecciones líquidas
Tomografía computarizada (TC): en casos de sospecha de fascitis necrotizante o compromiso de estructuras profundas[1][3]
Manejo de emergencias
El manejo de la celulitis en el servicio de emergencias requiere una evaluación rápida y un tratamiento oportuno:
Evaluación inicial:
Signos vitales
Extensión de la infección
Presencia de signos sistémicos de infección
Tratamiento antibiótico empírico:
Antibióticos betalactámicos como primera línea (por ejemplo, penicilina o cefalosporinas)
En casos de sospecha de MRSA, considere vancomicina o linezolid[1][3]
Manejo de comorbilidades:
Control glucémico en pacientes diabéticos
Manejo del edema en pacientes con insuficiencia venosa
Elevación de la extremidad afectada para reducir el edema.
Analgesia adecuada
Hidratación intravenosa en casos severos o con signos de sepsis
Considere la hospitalización en pacientes con:
Celulitis extensa
Signos sistémicos de infección
Comorbilidades significativas
Falta de respuesta al tratamiento oral[2][3]
La celulitis estreptocócica representa una condición potencialmente grave que requiere un diagnóstico precoz y un manejo adecuado. El reconocimiento de los síntomas y signos característicos, junto con una exploración física minuciosa y pruebas diagnósticas apropiadas, son fundamentales para un tratamiento efectivo y la prevención de complicaciones. El manejo en emergencias debe ser rápido y dirigido, con especial atención a la terapia antibiótica y al soporte sistémico cuando sea necesario.
Citas
[3] https://www.msdmanuals.com/es/hogar/infecciones/infecciones-bacterianas-bacterias-grampositivas/infecciones-por-estreptococo
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