MANUAL MINORS
La fractura supracondílea es una fractura del húmero distal, justo por encima de los cóndilos del codo, y es la fractura más común en el codo en niños, especialmente entre los 5 y 7 años. Ocurre típicamente por una caída sobre el brazo extendido y puede estar asociada con complicaciones graves, como lesión neurovascular, debido a la proximidad de la arteria braquial y los nervios mediano y radial.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica de un trauma, como una caída sobre la mano, y en la evaluación de signos físicos como hinchazón, deformidad y dolor en el codo. Se confirma mediante radiografía anteroposterior y lateral del codo. En algunos casos, la fractura puede ser desplazada o no desplazada. La clasificación de Gartland es usada para categorizar la fractura en función del desplazamiento. Si se sospecha lesión vascular o nerviosa, es fundamental la evaluación neurovascular urgente.
Diagnóstico diferencial
Patología | Características |
Fractura de cabeza radial | Dolor en la cabeza del radio, visible en adultos, a menudo con movilidad limitada |
Luxación del codo | Deformidad evidente, pérdida de la alineación articular, movilidad anormal |
Epicondilitis | Dolor sin trauma agudo, afecta la inserción de tendones |
Fractura de olécranon | Dolor y deformidad en la parte posterior del codo |
Hemartrosis | Derrame articular postraumático sin fractura visible |
Manejo en Emergencias
El manejo inmediato incluye la inmovilización del brazo afectado con una férula en posición de flexión, y la administración de analgésicos y antiinflamatorios. Se debe evaluar la circulación del brazo, ya que el riesgo de compromiso neurovascular es significativo. Si hay signos de isquemia (mano fría, pálida, sin pulso radial), se requiere una evaluación quirúrgica inmediata. En fracturas desplazadas, se puede necesitar la reducción cerrada bajo sedación o anestesia.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende del grado de desplazamiento de la fractura. En fracturas no desplazadas, el manejo conservador con inmovilización es suficiente. En fracturas desplazadas (tipo II o III de Gartland), se requiere reducción cerrada o abierta, a menudo con fijación percutánea mediante clavos. La rehabilitación con fisioterapia es clave en la fase de recuperación para restaurar la función y movilidad del codo.
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