MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo del Cáncer de próstata
El manejo del cáncer de próstata varía según el estadio del cáncer, la agresividad del tumor, la edad del paciente, sus preferencias y las comorbilidades existentes. Las opciones de tratamiento se dividen en modalidades curativas, de vigilancia o paliativas:
Vigilancia activa:
Definición: Se utiliza en hombres con cáncer de próstata localizado de bajo riesgo o en aquellos en quienes el cáncer es poco agresivo. El objetivo es retrasar o evitar tratamientos más invasivos hasta que el cáncer muestre signos de progresión.
Método: Se monitorizan los niveles de PSA regularmente, se realizan exámenes rectales digitales (DRE) y biopsias periódicas para evaluar si el cáncer está creciendo o se está volviendo más agresivo. Si se detecta progresión, se considera un tratamiento más agresivo.
Beneficio: Evita el tratamiento inmediato y sus efectos secundarios en hombres con tumores indolentes que podrían no afectar su calidad de vida durante muchos años.
Espera vigilante:
Definición: A diferencia de la vigilancia activa, se usa en hombres mayores o con comorbilidades significativas en los que el tratamiento curativo no es prioritario. El enfoque es más conservador y solo se interviene si el cáncer causa síntomas.
Método: No se realizan intervenciones curativas. En cambio, se observa al paciente y se interviene con terapia hormonal o paliativa si el cáncer causa problemas.
Beneficio: Minimiza intervenciones médicas y efectos adversos en hombres que probablemente mueran de otras causas antes de que el cáncer de próstata les cause problemas graves.
Tratamientos radicales:
Prostatectomía radical: Es la extirpación quirúrgica completa de la próstata y, en algunos casos, de los ganglios linfáticos circundantes. Se utiliza principalmente en hombres con cáncer localizado que están en buen estado de salud y pueden tolerar una cirugía mayor. La cirugía puede ser realizada de manera abierta o mediante técnicas mínimamente invasivas (laparoscópica o asistida por robot).
Radioterapia:
Radioterapia externa (EBRT): Se utiliza para dirigir radiación desde una fuente externa hacia la próstata y destruir las células cancerosas. Puede ser utilizada en cánceres localizados o localmente avanzados.
Braquiterapia: Involucra la inserción de semillas radiactivas directamente en la próstata, proporcionando una dosis alta de radiación en un área localizada.
Beneficio: Ambos tratamientos ofrecen la posibilidad de curar el cáncer en hombres con cáncer de próstata localizado o localmente avanzado.
Tratamientos adyuvantes y paliativos:
Terapia hormonal:
Supresión de andrógenos: El crecimiento del cáncer de próstata está impulsado por la testosterona. La terapia hormonal reduce los niveles de testosterona mediante medicamentos (agonistas y antagonistas de la LHRH) o la extirpación quirúrgica de los testículos (orquiectomía).
Bloqueo de andrógenos: Utiliza fármacos que bloquean los receptores de andrógenos en las células cancerosas para impedir que la testosterona estimule el crecimiento del tumor.
Quimioterapia: Se utiliza en cáncer metastásico o cuando el cáncer se ha vuelto resistente a la terapia hormonal. Medicamentos como docetaxel o cabazitaxel se utilizan en combinación con corticosteroides para tratar el cáncer avanzado.
Bisfosfonatos: Medicamentos que previenen la pérdida ósea en pacientes que reciben terapia hormonal o que tienen metástasis óseas. También ayudan a aliviar el dolor óseo.
Terapia paliativa: Se ofrece a pacientes con cáncer metastásico para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida. Puede incluir radioterapia paliativa, terapia hormonal y manejo del dolor con medicamentos.
Cuidados paliativos:
Para pacientes con cáncer avanzado o metastásico, el enfoque de los cuidados paliativos está en el alivio del dolor, manejo de los síntomas y apoyo emocional, mejorando la calidad de vida del paciente.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de próstata comienza con la evaluación clínica y se complementa con pruebas de laboratorio e imágenes para confirmar la presencia del tumor, evaluar su extensión y planificar el tratamiento.
Historia clínica y síntomas:
Los hombres con síntomas sugestivos de cáncer de próstata, como dolor en la espalda baja, dolor óseo, fatiga, disfunción eréctil, hematuria (sangre en la orina), pérdida de peso o síntomas del tracto urinario inferior (frecuencia, urgencia, chorro urinario débil), deben ser evaluados.
Examen rectal digital (DRE):
Técnica: El médico inserta un dedo en el recto para palpar la próstata. Una próstata dura, nodular o asimétrica puede sugerir cáncer.
Limitaciones: Un DRE normal no descarta la presencia de cáncer, ya que los tumores pueden estar en áreas no palpables.
Prueba del antígeno prostático específico (PSA):
Definición: El PSA es una proteína producida por las células de la próstata. Niveles elevados de PSA en sangre pueden indicar la presencia de cáncer de próstata, aunque también pueden deberse a hiperplasia prostática benigna o prostatitis.
Valores normales: Los niveles de PSA varían según la edad, siendo el umbral de normalidad más alto a medida que aumenta la edad. Por ejemplo, para hombres entre 60 y 69 años, un PSA superior a 4.5 µg/L puede ser indicativo de cáncer.
Limitaciones: El PSA no es específico del cáncer y puede producir resultados falsos positivos o falsos negativos. Aproximadamente el 75% de los hombres con un PSA elevado no tienen cáncer, y hasta el 15% de los hombres con un PSA normal pueden tenerlo.
Biopsia de próstata:
Si los resultados del DRE o del PSA son anormales, se realiza una biopsia de la próstata para confirmar la presencia de cáncer. Se toman varias muestras (biopsias por aguja) para analizar el tejido y determinar la agresividad del tumor mediante el puntaje de Gleason.
Imágenes:
Resonancia magnética multiparamétrica (RM): Se utiliza para evaluar la extensión del cáncer y planificar el tratamiento.
Gammagrafía ósea: En casos de cáncer avanzado, ayuda a detectar la presencia de metástasis en los huesos.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico de cáncer de próstata se puede confundir con otras enfermedades que afectan la próstata o el sistema urinario. Es importante considerar y descartar las siguientes condiciones:
Hiperplasia prostática benigna (HPB):
Definición: Es el agrandamiento benigno de la próstata, común en hombres mayores. Puede causar síntomas similares a los del cáncer de próstata, como dificultad para orinar y flujo débil.
Distinción: El DRE puede mostrar una próstata agrandada pero suave, a diferencia de la dureza nodular del cáncer. Los niveles de PSA también pueden estar ligeramente elevados.
Prostatitis:
Definición: Es la inflamación de la próstata, que puede ser aguda o crónica. Se presenta con dolor pélvico, fiebre y síntomas urinarios.
Distinción: La prostatitis tiende a causar dolor significativo, y los niveles de PSA pueden estar temporalmente elevados. Se diferencia del cáncer por la presencia de síntomas infecciosos.
Cáncer de vejiga:
Definición: Es un cáncer que afecta la vejiga y puede causar hematuria (sangre en la orina) y síntomas urinarios similares a los del cáncer de próstata.
Distinción: La cistoscopia y las pruebas de imagen ayudan a diferenciar entre el cáncer de vejiga y el de próstata.
Infecciones urinarias:
Definición: Las infecciones del tracto urinario pueden causar disuria, frecuencia urinaria y dolor, síntomas similares a los del cáncer de próstata avanzado.
Distinción: Las infecciones suelen estar acompañadas de otros signos clínicos de infección (como fiebre) y pueden elevar temporalmente los niveles de PSA.
Definición
El cáncer de próstata es un tumor maligno que se origina en la glándula prostática. Aproximadamente el 95% de los casos de cáncer de próstata son adenocarcinomas, que se desarrollan a partir de las células glandulares de la próstata.
Cáncer multifocal: El cáncer de próstata a menudo es multifocal, lo que significa que puede haber varios focos cancerosos dentro de la próstata. Estos focos pueden estar impulsados por mutaciones genéticas diferentes, lo que resulta en tasas de crecimiento y capacidades de diseminación variadas.
Cáncer de crecimiento lento vs. agresivo: La mayoría de los cánceres de próstata son de crecimiento lento y pueden no causar síntomas durante muchos años. Sin embargo, una minoría de los tumores son
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