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Úlceras por Presión

INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA


Aviso Legal


Este contenido tiene fines informativos y no sustituye la consulta con su médico o profesional de salud. No incentivamos por ninguna razón la automedicación. Se ha realizado un esfuerzo para asegurar que la información sea precisa, actualizada y clara. www.emergencias.org.es no se responsabiliza por errores, omisiones o los resultados de tratamientos descritos. Las publicaciones informativas se actualizan regularmente, por lo que se recomienda asegurarse de tener la versión más reciente.


¿Qué son las úlceras por presión?


Las úlceras por presión (también conocidas como escaras, llagas por decúbito o lesiones por presión) son áreas de daño en la piel y en los tejidos subyacentes causadas por una presión continua o fricción constante. Este tipo de lesión puede desarrollarse rápidamente, especialmente en personas con movilidad reducida, como quienes permanecen en cama o silla de ruedas por períodos prolongados.


Las zonas más propensas son aquellas donde la piel cubre prominencias óseas, como los talones, codos, parte posterior de la cabeza y el coxis. Si no se tratan, estas lesiones pueden agravar y provocar la muerte del tejido afectado.


Grados de las úlceras por presión


Las úlceras por presión se clasifican en cuatro grados según su gravedad:

Grado

Descripción

I

Cambio de color en la piel (rojo, azul, púrpura o negro), sin pérdida de tejido.

II

Pérdida parcial de piel, afecta las capas superficiales.

III

Daño o necrosis (muerte del tejido), limitado a la piel.

IV

Daño grave con necrosis que alcanza estructuras profundas como tendones, articulaciones o huesos.


Complicaciones de las úlceras por presión


Si no se tratan, pueden derivar en complicaciones serias como:


  • Sepsis (infección generalizada en la sangre)


  • Celulitis (inflamación dolorosa de tejidos)


  • Infección de huesos y articulaciones


  • Abscesos (acumulación de pus)


  • Cáncer de piel (carcinoma de células escamosas)


Factores de riesgo


Las siguientes condiciones aumentan el riesgo de desarrollar una úlcera por presión:


  • Inmovilidad o parálisis (por ejemplo, tras un ACV o lesión cerebral grave)


  • Permanecer acostado o sentado durante mucho tiempo


  • Alteración de la sensibilidad o del dolor (personas con diabetes o daño nervioso)


  • Incontinencia urinaria o fecal, que irrita la piel


  • Desnutrición o bajo consumo de líquidos, que debilita la piel


  • Obesidad, que añade presión adicional a ciertas áreas


  • Trastornos circulatorios, que reducen el flujo sanguíneo a la piel


  • Tabaquismo, que limita la circulación y retrasa la cicatrización


Zonas comunes donde aparecen úlceras


En personas en silla de ruedas:


  • Coxis o glúteos


  • Omóplatos, columna


  • Parte posterior de brazos o piernas


En personas encamadas:


  • Parte posterior o laterales de la cabeza


  • Orejas


  • Hombros u omóplatos


  • Caderas


  • Zona lumbar o coxis


  • Rodillas (parte posterior o lateral)


  • Talones, tobillos y dedos del pie


Prevención de las úlceras por presión


Si está confinado a una cama o silla, debe adoptar medidas de prevención que incluyan:


  • Cambios frecuentes de posición


  • Higiene adecuada y cuidado diario de la piel


  • Alimentación equilibrada


  • Uso de superficies especiales que alivian la presión (colchones, cojines de silla)


Dispositivos tecnológicos


Existen tecnologías que ayudan a monitorear el riesgo, como:


  • Alfombrillas sensibles a la presión colocadas en camas o sillas


  • Dispositivos que miden humedad de la piel, movimiento corporal y presión


Cambios de posición


  • Si usa silla de ruedas: cambie de posición cada 15 minutos


  • Si permanece en cama: cambios cada 2 horas durante el día y noche


  • Evite apoyar directamente las caderas


  • Use almohadas como barrera entre la piel y la superficie de apoyo


  • Eleve la cabecera de la cama a no más de 30° (o el ángulo más bajo que su condición permita)


  • Si se acuesta de lado, use un ángulo de 30° para reducir presión directa sobre las caderas


Cuidado diario de la piel


  • Revise la piel al menos una vez al día buscando enrojecimiento o cambios de color


  • Mantenga la piel en un nivel adecuado de humedad


  • Use cremas humectantes sin perfume


  • Evite masajear zonas óseas, ya que la piel es frágil


Alimentación y estilo de vida


  • Siga una dieta nutritiva y balanceada: proteínas, grasas, carbohidratos y suficiente agua


  • Consulte al médico si necesita suplementos nutricionales (zinc, antioxidantes, vitaminas)


  • Mantenga un peso saludable: tanto bajo peso como sobrepeso aumentan el riesgo


  • Mejore la higiene corporal diaria


  • Manténgase activo, si la condición lo permite


  • Deje de fumar, ya que el tabaco perjudica la circulación y cicatrización


Signos de advertencia


Realice chequeos diarios de la piel y preste atención a:


  • Zonas rojas, moradas o azuladas, especialmente sobre huesos


  • Piel hinchada, caliente, agrietada o con callos


  • Arrugas marcadas o cambios en la textura


Tratamiento de las úlceras por presión


El tratamiento depende de la gravedad de la lesión. Puede incluir:


  • Cambios de posición frecuentes


  • Colchones y camas especiales


  • Cuidado nutricional


  • Apósitos que mantienen húmeda la lesión y seca la piel alrededor


  • Limpieza con soluciones adecuadas según el estadio de la úlcera


  • Aplicación de medicamentos o antibióticos locales en caso de infección


  • Desbridamiento quirúrgico (eliminación de tejido muerto)


  • Cirugías para cerrar la herida, con injertos si es necesario


  • Mantener hábitos saludables como parte de la recuperación

No existe una única cura o apósito superior. El tratamiento debe ser adaptado a cada caso.

¿Dónde obtener ayuda?


  • Su médico de cabecera o pediatra


  • Enfermeros especializados en cuidado de heridas


  • Terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas


  • Centros de salud comunitarios


  • Farmacias y ortopedias especializadas


Puntos clave a recordar


  • Las úlceras por presión pueden prevenirse con cambios de posición, buena higiene y alimentación adecuada


  • Las zonas más vulnerables son las que están sobre huesos


  • Revise la piel a diario, sobre todo en personas inmóviles


  • Consulte al médico ante cualquier signo de lesión o si no mejora en 24 horas


  • El tratamiento puede incluir apósitos, cambios posturales, nutrición, medicamentos o cirugía

 
 
 

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